AHHOTEP: LA MUJER QUE CAMBIO LA HISTORIA DE EGIPTO

 

LA GRAN AHHOTEP

Siempre que hablamos de las grandes mujeres de Egipto nos referimos a Nefertiti, Nefertari, Hatshepshut, Cleopatra VII...pero siempre nos olvidamos de una gran mujer que pasa desapercibida en la historia de Egipto y que además vivió en un tiempo muy complejo. Me refiero a la reina Ahotep. 

Nació en el seno de la familia gobernante de la ciudad de Tebas, en algún momento de la dinastia XVII. Sus padres eran el príncipe Sekhemre-Heruhirmaat (Intef VII) y su esposa, de orígenes más modesto, Tetisheri. Ahotep que su nombre podría traducirse como la que está en paz con Aah, el dios de la luna, se pasó la mayor parte de su infancia acompañada de su madre y de su supuesta abuela paterna, Juntas, estas dos mujeres inculcaron a su nutrida descendencia el valor de las Dos Tierras unidas y la fidelidad religiosidad al dios Amón que les había pronosticado su éxito y nombrándolo como dios prioritario en la cabeza del panteón. Al morir su padre, asumió el trono tebano su hermano mayor Seqenenra Taa con quien tuvo que casarse. La nueva pareja real, asesorada siempre por la madre de ambos, Tetisheri, así como por un consejo formado por militares, nobles, escribas y sacerdotes, decidieron en secreto comenzar a plantar cara a los hicsos y a sus aliados. Durante la ausencia de su marido y hermano por la conquista del norte en manos de los Hicsos, Tebas quedó desamparada y fue la misma Ahhotep, quien se encargó del gobierno en la ausencia de su marido.  Tras enviudar de Seqnenra Taa, tras un reinado de apenas cinco años, Ahhotep, seguia muy aferrada a sus fuertes convicciones y a su fe de la liberación de un descentralizado y desmembrado Egipto anunciada por el dios Amón lo cual hizo que no agachara la cabeza ya que no podía mostrar debilidad en Tebas ante sus adversarios, tuvo que ganar tiempo y no dudó en coronar rey a su supuesto hijo Kamose. Pese a que el nuevo rey también estaría casado, Ahhotep siguió llevando la voz cantante mientras asumía la regencia en Tebas, y para la ciudad las cosas no habían cambiado en absoluto. Tras el breve reinado de Kamose, de apenas cuatro años, la dinastia XVII se había agotado El trono pasó al único miembro varón que quedaba en la familia, un niño de apenas diez años, llamado Ahmose (Amosis I), hijo de Seqenenra Taa y de Ahhotep. La edad del nuevo rey, considerado ya fundador de la dinastía XVIII, impedía que pudiera dar el golpe final a los hicsos de la dinastía XV, y su inexperiencia hizo que Ahhotep asumiera la regencia sin necesidad de un consejo de gobierno. 

Anillo real de la reina Ahhotep


Ahhotep dirigió desde Tebas el asedio a Avaris, y gobernó con sabiduría y equidad un difícil Egipto que tenía que reconstruir por completo. Como una buena y fiel madre, guardó el trono a su hijo, y cuando estuvo listo, pudo desembarazarse sin grandes problemas del último reducto hicso, cumpliendo por fin el sueño de Seqenenra Taa y del Amón de un Egipto libre. 

La deuda que Ahmose y todo Egipto tenía con la reina madre Ahhotep nunca se podría gratificar convenientemente. Agradecido por siempre a ella, su hijo Ahmose ,condecoró en una bella ceremonia a su madre con tres grandes moscas de oro, el mayor galardón militar posible y añadió una estela en memoria de su madre en el templo de Amon-Ra en karnak: 

“Alabad a la señora del país, a la soberana de las riberas de las regiones lejanas, aquella cuyo nombre se alza sobre todos los países montañosos, que toma decisiones preocupándose por el pueblo. Esposa del rey y hermana del soberano -vida, salud fuerza!. Hija de rey, venerable madre del rey, la que ha cumplido los ritos y se ha preocupado de Egipto, la que ha velado por sus tropas y las ha protegido, la que ha recuperado a sus fugitivos y agrupado a sus desertores. Ella pacificó el Alto Egipto y expulsó a los rebeldes”. 

Era su forma de reconocer los grandes esfuerzos y sacrificios a los que se había sometido una reina entregada a su causa. 

Cuando Ahmose fue lo suficientemente mayor como para gobernar por sí solo, Ahhotep se retiró al templo de Karnak y allí parece ser que vivió hasta que le llegó la muerte, a muy avanzada edad. Dejaba un Egipto completamente distinto al que había visto al nacer y con el que soñaba y lucho por ello. La reina madre Ahhotep fue enterrada en la necrópolis familiar de Dra Abu el-Naga, donde fue encontrada su tumba en 1859, con el sarcófago y su momia convertida en polvo y maltratada por la expedición del egiptólogo Auguste Mariette, así como muchos objetos de su ajuar, como joyas con perlas de lapislázuli, piedras semipreciosas, un puñal de oro y las famosas moscas del valor, reconociendo el nombre y mérito de la reina. 

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