LA GUERRA DE LOS HIPOPOTAMOS
No había duda de que Avaris y Tebas estaban en disputa, inmersos en un conflicto diplomático que duraría algo más de un siglo, pero ya llegaba el momento de actuar y terminar con esta situación y ya todo estaba listo para la guerra. Un conflicto que iba a durar casi 30 años y que no terminaría hasta el principio de la nueva dinastía XVIII.
El primer enfrentamiento bélico conocido tuvo lugar durante el reinado de Senqenenra Taa, penúltimo rey de la dinastía XVII,y con un mandato que duro tan solo cinco años. Hijo del rey Tebano Senajtenra y de Tetisheri. Nació en esta época compleja y ya desde pequeño se le despertó el espíritu nacionalista Tebano y desde joven ya empezó a tener rechazo por el vasallaje que tenían los gobernantes de Tebas por los Hicsos. Se caso con sus tres hermanas Sithut, Ahmose-Inhaoi y Ahhotep con la que iba a tener tres hijos, Ahmose-nefertari, y dos varones, Kamose que seguiría los pasos de su padre en el camino a la liberación de Egipto y Ahmose que por fin conseguiría reunificar el estado.
El segundo en disputa y desde Avaris, era Apepi (Apofis I) quinto faraón Hikso de XV dinastía que gobernó durante 51 años. Fue educado bajo costumbres egipcias y su reinado fue mayormente pacífico y tranquilo hasta que los conflictos entre Tebas y Avaris se fueron complicando.
Un papiro redactado en hierático, escrito durante la dinastía XIX, llamado Sallier I conserva claramente lo que fue el motivo de disputa entre los dos soberanos
“Esto sucedió mientras el país de Egipto estaba en la desgracia, pues no había señor dotado de vida, salud y prosperidad, no había rey en este tiempo. En cuanto al rey Sequenenra, vida salud y prosperidad, era el príncipe de la ciudad del Sur. La miseria reinaba en la ciudad de los asiáticos mientras que el príncipe Apofis estaba en Avaris. El país entero le hacía ofrenda de sus productos; el Norte estaba repleto de todas las cosas buenas que venían del Delta. El rey Apofis vida, salud prosperidad, había hecho de Set su señor, no servía a ninguno de los dioses del país, salvo a Set; construyó para este dios un templo en trabajo de bella calidad eterna al lado del palacio real, y cada día se alzaba en gloria para hacer ofrendas a Set; los grandes llevaban allí guirnaldas de flores, como es de uso en el empleo de Ra-Horatjy.
El rey Apofis decidió enviar un mensaje para provocar al rey Seqenenra, príncipe de la ciudad del Sur. Después que hubieron pasado muchos días, el rey Apofis hizo llamar a los altos funcionarios de su palacio diciéndoles que quería enviar un mensaje al príncipe de la ciudad del Sur con una comunicación referida al río, pero que no sabía como redactarla. Entonces los escribas y los sabios le dijeron: Oh soberano nuestro ordena que se vacíe el estanque de los hipopótamos que está al Este de la ciudad del Sur, pues no permite que el sueño nos venga ni por el día ni por la noche, pues el ruido de ellos hace llenan los oídos de las gentes de nuestra ciudad...El príncipe de la ciudad del sur tiene a Amon como protector, él no se ampara en ninguno de los dioses que están en todo el país, excepto en Amon-Re, el rey de los dioses
Después que pasaran muchos más días, el rey Apofis vida, salud, prosperidad envió un mensaje al príncipe de la ciudad del Sur con las palabras que le habían dicho sus sabios. El mensajero del rey Apofis... llegó hasta el príncipe y se le introdujo ante su presencia. Entonces dijo al mensajero del rey Apofis ¿Por qué has venido hasta la ciudad del Sur, por que has viajado hasta mí? Porque el rey Apofis me ha enviado cerca de ti para decirte esto: Haz vaciar el estanque de los hipopótamos que están al este de la ciudad, pues perturba mi sueño durante el día y la noche, el ruido aturde mis oídos.
¿Es realmente cierto que tu señor ha oído hablar del estanque de los hipopótamos que esta al este de la ciudad del Sur? Reflexiona sobre la cuestión que he venido a plantearte y por la cual he sido enviado a ti...Entonces el mensajero del rey Apofis se puso en camino de vuelta hacia la residencia de su señor.
El príncipe de la ciudad del Sur hizo llamar a sus altos cortesanos y a todos los principales de su corte. Les repitió el mensaje que le había dirigido el rey Apofis. Guardaron silencio durante largo tiempo y no supieron que contestarle, ni bien ni mal. Entonces el rey Apofis envió al....
El texto por desgracia termina así de forma repentina e inconclusa. Esta historia mitad leyenda mitad realidad fue suficiente para que se convirtiera en un acto de provocación cargado de simbolismos.
La distancia entre las ciudades mencionadas es de al menos 800 kilómetros, no hace falta decir que es imposible que se escuchen desde esta distancia los bramidos de los hipopótamos por tanto ya la situación está cargada de burla y provocación. Por otor lado las alusiones al dios Set no son casuales ni utilizadas fuera de contexto, sino como un acto de provocación e incluso de blasfemia ya que el hipopótamo en esa época en Tebas se veneraba al considerársele la representación al dios Set.
Sea cierta o no la historia lo que es cierto es que hubo declaración de guerra entre el norte y el sur que duro casi 30 años.
Papiro sallier I expuesto en el museo Británico.
Poco documentado está el inicio del conflicto. Tras esta provocación Seqenenra mando, el estando al frente, el ejercito hacia al Norte, actuando en intervenciones breves y poco multitudinarias, podría considerarse más un conflicto de guerrillas que no una gran organización de un gran ejército.👀AHHOTEP: LA MUJER QUE CAMBIO LA HISTORIA DE EGIPTO
La muerte de Senqenenra Taa
En unos de estos asaltos Senqenenra Taa, en su quinto año de reinado y aproximadamente con 40 años de edad, fue brutalmente ejecutado. La ubicación exacta de su muerte se desconoce, así como tampoco se conoce una evidencia histórica de la batalla concreta en que falleció.
El faraón tenía un corte de 7 centímetros de largo en la frente, que habría sido provocado por un hacha o un golpe de espada desde arriba. Esta herida por sí sola podría haber sido fatal. Otro corte potencialmente mortal por encima del ojo derecho del faraón tenía 3,2 cm de longitud y posiblemente fue realizado con un hacha. Otros cortes en la nariz, el ojo derecho y la mejilla derecha procedían de arriba y podrían haber sido realizados con el mango de un hacha o un bastón romo. Por las últimas investigaciones se sabe que la ejecución fue llevada a cabo por múltiples atacantes a la vez y utilizando cinco armas diferente y se supone que fue más una ejecución ceremonial tras haber sido apresado.
Marcas visibles en el cráneo y rostro de Seqenenra Taa.
Su cuerpo fue trasladado a Tebas, recibió honores de héroe y su cuerpo fue escrupulosamente embalsamado ya que utilizaron un sofisticado método para ocultar las heridas de la cabeza del rey bajo una capa de material que funcionaba de forma similar a los rellenos utilizados en la cirugía plástica moderna. Esto implicaría que el rito tuvo lugar en un taller de momificación y no de forma improvisada.
Su sucesor fue su hijo mayor, Kamose que estaba dispuesto a seguir con la lucha que había comenzado su padre. Todo estaba dispuesto para la guerra, los reyes Tebanos ya se habían hecho con el control absoluto de su región y en poco tiempo ya habían recuperado Buhen quitándoselo de nuevo al rey de Kush, mientras este seguía retrocediendo hacia el sur perdiendo territorialidad y dominio. La recuperación de Buhen hizo que las minas de oro volvieran a estar a la merced de Tebas y eso hizo que la flota de combate Tebana estuviera lista para el ataque.
Las estelas de Kamose
Como testimonio de lo que ocurrió tenemos lo que se llaman las dos estelas de kamose. Dos grabados en piedra, encontrados en los años de 1932 y 1935 respectivamente, que nos describe las hazañas bélicas de kamose por la liberación de Egipto. Su campaña estuvo lejos de ser la definitiva incluso tal vez solo fue una incursión ya que la toma de Avaris no sucedió hasta casi 20 años después.
Ambas estelas se colocaron en el Templo de Amón en Karnak, lugar donde fueron halladas. La Segunda debió permanecer en ese lugar hasta finales de la Dinastía XVIII, pues muestra restos en el nombre de Amón de haber sido borrado y restaurado después, lo que supone que los seguidores de Atón la mutilaron y se supone que Tutanamon u Horemheb la restauraron cuando de nuevo, se impusieron las antiguas creencias politeístas. Parece que la Primera Estela se encontraba en el interior de un santuario, mientras que la Segunda y su pareja se hallaban a ambos lados de un pilono en el camino procesional. Allí las mandó erigir Kamose, hecho con el cual el rey vinculó definitivamente al dios Amón el destino de la Dinastía tebana.
El texto comienza con una frase cortada que es parte de una alocución de Kamose maldiciendo a Apopi y a los habitantes de Avaris, por lo que, evidentemente, el texto de la Segunda Estela de Kamose es una siguiente de la narración de las primeras etapas de la guerra. Describe su avance por el río conquistando varios lugares hasta llegar a Avaris y describe la actitud de las mujeres que lo observan:
“Observé a sus mujeres en la parte superior de sus palacios mirando por sus ventanas la orilla, sin mover sus cuerpos cuando me vieron. Asomaban sus narices sobre sus muros como las crías de los lagartos en el interior de sus agujeros diciendo: Es un asalto...
Continúa después con la relación del botín capturado en las tierras circundantes: oro, lapislázuli, bronce, incienso, miel, diferentes maderas y esclavos.
Hay que tener en cuenta que la narración no sigue un orden cronológico y Kamose vuelve atrás para contar un hecho decisivo sucedido antes del inicio de la campaña:
“Capturé un mensajero más allá del oasis viajando al Sur hacia Kush con un documento que le encontré que decía por escrito:
De la mano del gobernante de Avaris, Auserre, el hijo de Ra Apopis, dice: “Saludos a mi hijo el gobernante de Kush. ¿Por qué te has levantado como gobernante sin hacer que yo lo supiera? ¿Es que no ha visto lo que Egipto ha hecho contra mí? El gobernante que está allí, Kamose, me está atacando en mi territorio y yo no le he atacado en la forma en que él lo ha hecho contra ti. Ha escogido para dañarlas las Dos tierras, mi tierra y la tuya y las ha devastado. Ven hacia el Norte, sin temas. No voy a permitirle el paso hasta que haya llegado. Entonces nos repartiremos las ciudades de este Egipto y nuestras Dos tierras se alegrarán...
El mensajero de Apopi, que llevó una propuesta de alianza al rey de Kush para destruir a Kamose, es capturado más allá del oasis. El más importante de tales caminos es el conocido actualmente con el nombre de Darb el-Arbain, que comienza en Assiut, pasa por el oasis de Harga y termina en Darfur, en Sudán. Probablemente fue esta la vía utilizada por el mensajero de Apopi.
De las palabras del rey hicso al de Kush “yo no le he atacado en la forma en que él lo ha hecho contra ti”, se deduce que Kamose ya había realizado la campaña en el Sur que se citó antes con la toma de Buhen, en Nubia, antes de comenzar la del Norte contra los hicsos.
La entrada en el territorio de Avaris no debe ser más que un alarde, ya que Kamose jamás conquistó la capital hicsa, ni acercarse a ella pudo teniendo en cuenta que por su temprana muerte estuvo falto de tiempo. Su momia fue hallada en 1857 en un sarcófago rishi en Dra abu el-Naga. Al abrirlo, el cuerpo prácticamente se descompuso, lo que no ha permitido conjeturar sobre las causas de su fallecimiento.
La Primera y la Segunda estela de Kamose no forman una pareja monumental. La Segunda no tiene fecha ni titulación y comienza en medio de un discurso de Kamose, lo que hace suponer que es a continuación de otra lápida, hoy perdida. Seguramente, la Primera se hizo en vida del rey y la Segunda tras su muerte.
El hombre que recibió de Kamose el encargo de erigir sus estelas se llamaba Neshi:
“Noble, gobernador, el que está sobre los secretos del Palacio, Jefe de la Tierra entera, portador del Sello del Bajo Egipto, Conductor de las Dos Tierras, Supervisor de los Amigos, Supervisor del Tesoro, el de Fuerte brazo, Neshi.
Nunca un personaje ha tenido tanta relevancia en una estela real. No sólo aparece su imagen al final de la inscripción, sino también una extensa relación de sus títulos y cargos. Neshi produjo muy diversos recursos estilísticos que determinaron a la Segunda Estela de Kamose en una alegría de la creación literaria egipcia, porque no es una estela al uso, es una auténtica composición literaria.
Parte de su originalidad estriba en que está narrada en primera persona, algo que los faraones sucesores de Kamose, excepto Thutmose III, no volverán a hacer a la hora de relatar sus hazañas. Lo más interesante de este texto es la utilización tanto del lenguaje coloquial como del culto, correspondiendo ambos a la lengua hablada y escrita en el momento de su redacción, es decir, durante los comienzos de la Dinastía XVII en Tebas.
Neshi, además de tesorero, sin duda fue soldado, como indican epítetos y títulos tales como Conductor de las Dos Tierras o De fuerte brazo, y deberá acompañar a su rey en la campaña contra los hicsos, al igual que otros contemporáneos.
Es difícil juzgar el daño infringido a los Hicsos por el ejército de kamose. Los tebanos no continuaron de inmediato con la campaña y al menos trascurrieron once años hasta que otro ejército, esta vez dirigido por Ahmose, comenzaba, y esta vez de verdad, el camino hacia el Norte. La razón del paso de tanto tiempo si mostrar fuerza ante los Hicsos fue debido al que el sucesor al trono y supuestamente hermano menor de Kamose, Ahmose tan solo era un niño al tomar el mandato y su madre, Ahhotep, gobernó de forma regente y por su buena obra le dedicaron unos epitetos cargados de elogio:
“Una que se ha preocupado por Egipto, se ha preocupado de sus soldados […] ha traído a los fugitivos y recogido a los desertores, ha pacificado el alto Egipto y expulsado a los rebeldes”
Hacemos referencia al hablar de la liberación de Egipto de los Hicsos a Seqenenra Taa a Kamose y a Ahmose (Amosis I) el cual aun no hemos profundizado en el y fue el definitivo liberador. Pero Ahhotep fue la pieza clave desde el principio de las reyertas, motivadora a estos actos, y que influyo desde la sombra desde el reinado de Seqenra Taa hasta el de ahmose. Sin duda ella fue la artífice y protagonista de la lucha contra los Hicsos en la sombra, pero llevando las decisiones y el peso de los actos rebeldes sin que los libros de historia reconozcan su importancia en este movido periodo.
AHHOTEP
Ahhotep, que su traduccion es, Aah está satisfecho, nació en el seno de la familia gobernante de la ciudad de Tebas, en algún momento de la dinastia XVII. Sus padres eran el príncipe Sekhemre-Heruhirmaat (Intef VII) y su esposa Tetisheri de orígenes más modestos. La mayor parte de su infancia la pasó acompañada de su madre ymatriarca del clan familiar, la longeva Tetisheri. Juntas, estas dos mujeres inculcaron a su nutrida descendencia el valor de las Dos Tierras unidas y la fidelidad religiosidad al dios Amón que les había pronosticado su éxito y nombrándolo como dios prioritario en la cabeza del panteón.
Sarcófago de la reina Ahhotep.
Al morir su padre, asumió el trono tebano su hermano mayor Seqenenra Taa, con quien tuvo que casarse, siguiendo las ancestrales costumbres. La nueva pareja real, asesorada siempre por la madre de ambos, Tetisheri, así como por un consejo formado por militares, nobles, escribas y sacerdotes, decidieron en secreto comenzar a plantar cara a los hicsos y a sus aliados. Durante la ausencia de su marido y hermano por la conquista del norte en manos de los Hicsos, Tebas quedó desamparada y fue la misma Ahhotep, quien se encargó del gobierno en la ausencia de su marido. Tras enviudar de Seqnenra Taa, tras un reinado de apenas cinco años Ahhotep, sus fuertes convicciones y su fe en la liberación anunciada por el dios Amón fueron más fuertes, y no agachó la cabeza, sino todo lo contrario, no podia mostrar debilidad en Tebas ante sus adversarios y tuvo que ganar tiempo y no dudó en coronar rey a su supuesto hijo Kamose. Pese a que el nuevo rey también estaría casado, Ahhotep siguió llevando la voz cantante mientras asumía la regencia en Tebas, y para la ciudad las cosas no habían cambiado en absoluto. Tras el breve reinado de Kamose, de apenas cuatro años, la dinastia XVII se había agotado El trono pasó al único miembro varón que quedaba en la familia, un niño de apenas diez años, llamado Ahmose (Amosis I), hijo de Seqenenra Taa y de Ahhotep. La edad del nuevo rey, considerado ya fundador de la dinastía XVIII, impedía que pudiera dar el golpe final a los hicsos de la dinastía XV, y su inexperiencia hizo que Ahhotep asumiera la regencia sin necesidad de un consejo de gobierno.
Esta prodigiosa e incansable mujer dirigió desde Tebas el asedio a Avaris, y gobernó con sabiduría y equidad un difícil Egipto que tenía que reconstruir por completo. Como una buena y fiel madre, guardó el trono a su hijo, y cuando estuvo listo, pudo desembarazarse sin grandes problemas del último reducto hicso, cumpliendo por fin el sueño de Seqenenra Taa y del Amón de un Egipto libre.
La deuda que Ahmose y todo Egipto tenía con la reina madre Ahhotep nunca se podría gratificar convenientemente. Agradecido por siempre a ella, su hijo Ahmose ,condecoró en una bella ceremonia a su madre con tres grandes moscas de oro, el mayor galardón militar posible y añadió una estela en memoria de su madre en el templo de Amon-Ra en karnak:
“Alabad a la señora del país, a la soberana de las riberas de las regiones lejanas, aquella cuyo nombre se alza sobre todos los países montañosos, que toma decisiones preocupándose por el pueblo. Esposa del rey y hermana del soberano -vida, salud fuerza!. Hija de rey, venerable madre del rey, la que ha cumplido los ritos y se ha preocupado de Egipto, la que ha velado por sus tropas y las ha protegido, la que ha recuperado a sus fugitivos y agrupado a sus desertores. Ella pacificó el Alto Egipto y expulsó a los rebeldes”. Era su forma de reconocer los grandes esfuerzos y sacrificios a los que se había sometido una reina entregada a su causa.
Cuando Ahmose fue lo suficientemente mayor como para gobernar por sí solo, Ahhotep se retiró al templo de Karnak y allí parece ser que vivió hasta que le llegó la muerte, a muy avanzada edad. Dejaba un Egipto completamente distinto al que había visto al nacer y con el que soñaba y lucho por ello. La reina madre Ahhotep fue enterrada en la necrópolis familiar de Dra Abu el-Naga, donde fue encontrada su tumba en 1859, con el sarcófago y su momia convertida en polvo y maltratada por la expedición del egiptólogo Auguste Mariette, así como muchos objetos de su ajuar, como joyas con perlas de lapislázuli, piedras semipreciosas, un puñal de oro y las famosas moscas del valor,econociendo el nombre y mérito de la reina.
Con su hijo Ahmose se inaugura el Imperio Nuevo egipcio, la etapa más brillante y en la que el país alcanzó el mayor esplendor internacional de toda su historia.
AHMOSE I (AMOSIS I)
Manetón escribe que el reinado de Amosis fue de 25 años y 4 meses, y el dato está apoyado por una inscripción que hace mención al año 22 de su reinado, encontrada en las canteras de Tura, l nombre de una pequeña localidad situada cerca de Menfis, célebre por sus canteras de fina piedra caliza, más empleada en la arquitectura monumental, por su belleza y calidad. El examen médico de su momia indica que murió con una edad aproximada de treinta y cinco años, lo que apoya también una duración del reinado de 25 años, si tenemos en cuenta que llegó al trono con diez años de edad.
Busto de Ahmose I
Amosis comenzó la conquista del territorio del Bajo Egipto, alrededor del undécimo año del reinado de Jamudy, pero existe cierta controversia acerca de la secuencia exacta de los hechos.
Analizar los eventos que tuvieron lugar durante la conquista y antes del asedio de la capital de los hicsos es extremadamente difícil, debido a que prácticamente toda la información de la que disponemos procede de un breve, aunque valiosísimo comentario de carácter militar, ubicado en el reverso del Papiro matemático Rhind, que consiste en unas breves notas, una de las cuales dice lo siguiente:
“Undécimo año de reinado, segundo mes de shemu, Heliópolis fue penetrada. Primer mes de ajet, día 23, este Príncipe del Sur penetró en Tyaru”
El Papiro Rhind también ilustra parte de la estrategia militar de Amosis cuando atacó el delta. Amosis entró en el delta por la ciudad sagrada de Heliópolis en julio y luego se movió hacia la parte oriental del delta para tomar en octubre la ciudad de Tyaru, la mayor fortificación fronteriza del Camino de Horus, la principal vía de comunicaciones entre el Bajo Egipto y Canaán. Con esto bloqueaba completamente a los hicsos en Avaris, ciudad que había evitado en su movimiento, lo que indica que estaba planeando aislar la ciudad, privando a la capital de los hicsos de la ayuda y suministros que pudieran conseguir de sus aliados de Siria y Palestina (Canaán).
Se encontraron registros en los que se describen los acontecimientos posteriores de la campaña en las paredes de la tumba de un soldado que participó en la guerra, y que curiosamente comparte el mismo nombre que el faraón, Ahmosis, conocido como hijo de Abana, nombre de su madre y que posiblemente, fuera una mujer destacable socialmente.
Según estos registros, Ahmosis I habría dirigido tres ataques fallidos contra el bastión de Avaris, la capital de los hicsos. Además, Amosis se vio también obligado a regresar al sur a sofocar una rebelión interna, a la que ni siquiera la reina Ahhotep pudo hacer frente.
Avaris aguantaría sin ser conquistada hasta el cuarto embate del rey egipcio. En ese momento los hicsos tuvieron que huir más hacia el Este. Con Khamud aun al frente, último rey Hicso de la dinastía XV y sucesor de Auserra (Apofis II), los hicsos se refugiaron en la fortaleza de Sharuhen, cerca de Gaza, que durante su estancia fortificarían en balde, ya que los egipcios también terminarían expulsándoles definitivamente del territorio egipcio.
Tras la expulsión de los hicsos, y por primera vez en más de cien años, todo Egipto volvía a estar dirigido desde un único centro. Ahmosis, gobernante de todo Egipto, ubicó la capital en la ciudad de Tebas. Consideradolo el fundador de la dinastía XVIII y del Imperio Nuevo, el faraón tuvo ante sí la difícil tarea de restaurar el debilitado sistema económico y financiero del país, así como reestablecer vínculos comerciales con otros países y reconstruir los templos y edificios oficiales que los hicsos y la propia guerra habían destruido. Amosis tampoco se olvidó de quienes habían prestado apoyo a su causa: aparte de los premios y honores concedidos a la reina Ahhotep, los diversos príncipes locales que habían secundado la rebelión de Tebas fueron generosamente recompensados.
No obstante, Amosis no se contentó con ver a los hicsos expulsados y dispersados por Asia. Recordando que muy poco antes la extinta dinastía XV había estado aliada con los diferentes reinos de Canaán y Nubia, emprendió acciones bélicas en estos lugares a fin de disuadir a los gobernantes de repetir la experiencia hicsa y de paso, vengar a sus antiguos amigos.
Tras derrotar a los hicsos, Amosis comenzó campañas en Siria y en Nubia. En una de estas, correspondiente al vigésimo segundo año de su reinado, llegó hasta la ciudad de Djahy, en el levante mediterráneo, territorio que comprendía desde el actual Libano, Galilea y Canaan, incluso se piensa que llego hasta el rio Éufrates, pero si que hay constancia que llego hasta Kedem (ciudad que se cree que estaba ubicada cerca de Biblos), según aparece en un encontrado en la tumba de su esposa, Ahmose-Nefertari.
Los detalles de esta campaña en particular son escasos, puesto que la fuente de la mayor parte de la información de que disponemos procede de la tumba del soldado Ahmose, Sin embargo, a partir de las investigaciones arqueológicas realizadas al sur de Canaán se puede inferir que lo que ocurrió fue que Ahmosis y sus sucesores inmediatos atacaron la región con la intención de acabar con el poder de los hicsos destruyendo sus ciudades, sin intención de conquistar Canaán.
Esta interpretación se infiere del hecho de que muchos lugares fueron destruidos durante el periodo, y no consta ningún intento de reconstrucción. Esto no sería lógico si el propósito del faraón hubiese sido la conquista con la finalidad de poder exigir tributos en el futuro. Poco después de la primera campaña en Nubia se produjo una rebelión de los nativos contra Amosis comandada por un nubio llamado Aata, pero la rebelión fue sofocada. Tras este primer intento, un egipcio contrario a Tebas consiguió agrupar a muchos rebeldes nubios para un nuevo levantamiento, pero también fue derrotado. Amosis restauró el gobierno egipcio sobre Nubia, que se controlaba desde un centro administrativo establecido en Buhen. Por otro lado, y durante el restablecimiento del control egipcio sobre Nubia, parece que Ahmosis recompensó a varios príncipes locales que apoyaron su causa y la de sus predecesores dinásticos y asi como también a militares destacados, prueba de ello, los escritos en las paredes de la tumba de Ahmosis hijo de Abana:
"Te hablo a ti, a todo el mundo, para que sepáis los favores que he recibido. Se me recompensó con oro siete veces en presencia de todo el país, y esclavos y esclavas. Y se me dieron muchas tierras. La reputación de un valiente procede de lo que ha hecho, que nunca se pierda en la tierra."
Pero sin lugar a dudas, uno de los grupos más beneficiados por la reunificación del Alto y el Bajo Egipto, así como por la reconquista de las minas del Sinaí y Nubia, fue la clase sacerdotal, y en especial la del dios Amón. Esta deidad, considerada como la personificación de la rebelión y el orgullo egipcios, no tardó en pasar de ser el dios principal de Tebas a la cabeza del panteón nacional, gracias al patrocinio sin fisuras de la familia real. La vuelta a la estabilidad se tradujo en un aluvión de riquezas que, a su vez, fue a parar en su mayor parte a la ciudad-templo de Karnak, que en poco tiempo superó en poder al ahora decadente sacerdocio de Ra en Heliópolis. Los renacientes intercambios comerciales con Nubia, Siria, Fenicia, Creta, Chipre y las islas del mar Egeo hicieron que, poco antes de la muerte de Ahmosis, Egipto se convirtiera en un imperio económico jamás visto aún.
👀 SEGUNDO PERIODO INTERMEDIO, UN NUEVO ESTADO DE CONTROL (P-I)
BIBLIOGRAFIA
Historia del Antiguo Egipto" Autor: Ian Shaw Editorial: Crítica Año: 2004 "Egipto: Dioses, Templos y Faraones" Autor: José Miguel Parra Editorial: Anaya Año: 2002 "El Antiguo Egipto: Historia y Civilización" Autor: George Steindorff y Keith Seele Editorial: Alianza Editorial Año: 2003 "Breve Historia del Antiguo Egipto" Autor: Juan Jesús Vallejo Editorial: Nowtilus Año: 2006 "El Egipto de los Grandes Faraones" Autor: Christiane Desroches Noblecourt Editorial: Ediciones B Año: 2007 "Historia de Egipto Faraónico" Autor: Jacq Christian Editorial: Planeta Año: 2006 "El Gran Imperio Egipcio" Autor: Eric Hornung Editorial: Akal Año: 2004 "Dioses, templos y faraones del Antiguo Egipto" Autor: Lorna Oakes Editorial: Blume Año: 2008
WEBGRAFIA
Google Scholar: https://scholar.google.com/ JSTOR: https://www.jstor.org/ Academia.edu: https://www.academia.edu/ Internet Archive: https://archive.org/ The Ancient History Encyclopedia: https://www.worldhistory.org/ World history Encyclopedia https://www.worldhistory.org/trans/es/
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