La Psicostasis en el antiguo Egipto, también conocida como la "Pesada del Corazón", es uno de los rituales más emblemáticos y trascendentales en la religión egipcia, especialmente en lo que concierne a las creencias sobre la vida después de la muerte. Este rito se realizaba como parte del proceso de juicio de las almas en el Duat y determinaba el destino final del difunto en la otra vida.
En la religión del antiguo Egipto, la muerte no se veía como el final, sino como un tránsito hacia otra forma de existencia. Sin embargo, para asegurar un lugar en el más allá, el difunto debía pasar por un juicio que evaluaba la pureza de su corazón, considerado el centro de las emociones, la moralidad y la conciencia. Este juicio era supervisado por los dioses, quienes evaluaban si el alma había vivido de acuerdo con los principios de Maat, la diosa de la verdad, la justicia y el orden cósmico.
El rol de los dioses en la psicostasis
Anubis:
Como dios de la muerte y guía de los muertos, Anubis tiene la responsabilidad de llevar al difunto hasta la balanza y supervisar el peso del corazón. Su papel es crucial, ya que asegura que el proceso sea justo y equitativo.
Thoth:
El dios con cabeza de ibis, Thoth, preside el registro de los resultados. Él es el escriba divino que anota cuidadosamente el veredicto del juicio. Thoth representa la sabiduría y la escritura, y su presencia garantiza que el resultado del juicio se registre correctamente.
Maat:
La diosa de la verdad, la justicia y el orden cósmico, ocupaba un lugar central en la vida espiritual y ética de los antiguos egipcios. No solo representaba un concepto abstracto de justicia, sino que personificaba el orden que mantenía el universo en equilibrio. Su influencia abarcaba tanto el orden social como el cósmico, y su presencia era necesaria para el funcionamiento armonioso del mundo.
Para los egipcios, vivir en armonía con los principios de Maat era fundamental. Esto significaba actuar con rectitud, justicia y verdad en todas las facetas de la vida. La vida diaria estaba impregnada de esta creencia, ya que se consideraba que cada acción tenía repercusiones en el equilibrio del cosmos. La ley, la ética, y hasta la política egipcia, estaban alineadas con los principios de Maat, y fallar en adherirse a estos principios se veía como una amenaza al orden universal.
Osiris:
Aunque no está directamente involucrado, Osiris, el dios de la resurrección y el rey del inframundo, preside el tribunal de los dioses. El difunto se presenta ante Osiris después de la Psicostasis, donde el resultado del pesaje determinará si el alma es admitida en su reino. 👀 LA SALA DE LAS DOS VERDADES Y LOS 42 JUECES
El corazón como sede de la conciencia y la moralidad
En el contexto egipcio, el corazón, conocido como ib término que también es usado para referirse a la mente e inteligencia, era visto no solo como el órgano vital del cuerpo, sino como el centro de la conciencia, las emociones y la moralidad. A diferencia de otras culturas que asociaban la mente o el alma con el cerebro, los egipcios consideraban que el corazón era el verdadero reflejo de la personalidad y el carácter de un individuo. Este concepto era tan profundo que incluso en la muerte, el corazón jugaba un papel crucial en la determinación del destino del alma.
El corazón contenía todos los recuerdos, pensamientos, y acciones del individuo, y durante el juicio, era este órgano el que revelaba la verdadera naturaleza de la persona. No se podía ocultar nada de los dioses; el corazón contaba la historia completa de la vida del difunto, sus virtudes y sus fallas.
El juicio de las almas, la evaluación final
Al morir, el alma del difunto debía enfrentarse al juicio en el Duat, el inframundo egipcio. Este juicio era un proceso meticuloso y ceremonial que culminaba en la Psicostasis, la "pesada del corazón". Aquí, el corazón del difunto era pesado contra la pluma de Maat, un símbolo de justicia y verdad absolutas. Este acto no solo evaluaba la moralidad del difunto, sino también su adhesión a las leyes del orden cósmico durante su vida.
El juicio no era un simple trámite burocrático; era un evento cargado de significado religioso y espiritual. Anubis, actuaba como el encargado de supervisar el proceso. Anubis no solo guiaba al difunto hasta el juicio, sino que también aseguraba que el proceso se realizara de manera justa y equilibrada. La presencia de Thoth, añadía un nivel adicional de legitimidad al juicio, ya que él registraba el resultado de la pesada, garantizando que el veredicto fuera preciso y justo.
Consecuencias del juicio
La Psicostasis no solo era un mero ritual; era un juicio decisivo que determinaba el destino eterno del alma. Si el corazón era igual o más ligero que la pluma de Maat, significaba que el difunto había vivido una vida en armonía con los principios de la verdad y la justicia. En este caso, el alma era admitida en El Aaru, el paraíso egipcio, donde se disfrutaba de una existencia eterna de paz y plenitud.
Por otro lado, si el corazón del difunto pesaba más que la pluma, esto indicaba que había fallado en adherirse a los principios de Maat. El destino de estas almas era la condena: su corazón era devorado por Ammit, el devorador de almas, y la persona sufría la "segunda muerte", una aniquilación completa que era vista como un destino peor que cualquier castigo físico o espiritual.
Rituales
Los rituales de purificación eran esenciales para preparar al difunto para la Psicostasis y asegurar que su alma estuviera libre de impurezas y adecuadamente protegida.
Abluciones y ungüentos
Abluciones
Las abluciones eran un componente fundamental del proceso de purificación. Este ritual consistía en lavar el cuerpo del difunto para limpiarlo de cualquier contaminación física y espiritual. El objetivo era preparar al cuerpo para el viaje al más allá y asegurar que el alma del difunto estuviera pura al enfrentarse al juicio.
Ritual del lavado: Los sacerdotes realizaban el lavado del cuerpo en un recipiente especial lleno de agua sagrada. Este acto tenía un significado profundo, ya que el agua se consideraba un medio para limpiar las impurezas físicas y espirituales. Se creía que el agua sagrada tenía el poder de purificar y restaurar la pureza del difunto.
A menudo se utilizaba agua del río Nilo, que era sagrada para los egipcios y simbolizaba la vida y la pureza. El agua del Nilo estaba asociada con el dios Hapi, el dios de la fertilidad y la inundación, y su uso en las abluciones fortalecía el carácter sagrado del ritual.
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Ungüentos
Después de las abluciones, el cuerpo del difunto era ungido con aceites y ungüentos especiales. Estos no solo tenían una función cosmética y preservadora, sino que también estaban cargados de significados rituales y protectores.
Aceites y ungüentos sagrados: Los aceites, como el aceite de sésamo, mirra y otros ungüentos perfumados, se aplicaban sobre el cuerpo. Estos aceites tenían propiedades conservadoras, ayudando a preservar el cuerpo durante el proceso de momificación. Además, estaban imbuidos de connotaciones rituales que buscaban conectar al difunto con lo divino y asegurar su pureza.
Función protectora y purificadora: El ungüento también actuaba como una protección contra las influencias malignas en el más allá. La aplicación de estos aceites estaba destinada a purificar el cuerpo y el alma, ayudando al difunto a presentar una imagen pura y justa ante los dioses durante el juicio.
Oraciones
Durante la Psicostasis, se recitaban oraciones y se realizaban varios rituales que tenían como objetivo proteger al difunto, asegurar un juicio justo y ayudar a que el corazón pasara la prueba. Estos rituales estaban profundamente enraizados en la religión y creencias egipcias sobre la vida después de la muerte, y se encontraban detallados en textos funerarios como el Libro de los Muertos.
Confesión negativa
Uno de los rituales más importantes que el difunto debía realizar durante el juicio era la confesión negativa o declaración de inocencia. Este ritual consistía en que el difunto declaraba, ante un tribunal de 42 jueces que no había cometido una serie de pecados o actos inmorales. Este acto no solo servía como una forma de defensa ante los dioses, sino que también tenía la función de purificar al alma.
Oración:
"¡Salve, Oh Gran Dios, Señor de la Verdad y la Justicia!
No he cometido injusticia contra los hombres. No he maltratado a los míos. No he causado sufrimiento. No he hecho el mal en el lugar de la verdad. No he conocido a hombres malvados. No he causado que un esclavo sea maltratado por su amo. No he causado dolor. No he cometido asesinato. No he causado enfermedades. No he engañado. No he robado. No he tomado comida que no me pertenecía. No he maldecido a los dioses. No he cometido actos impuros.
Que mi corazón no se oponga a mí en el tribunal. Que no haya mentira en mi balanza. Tú que eres Osiris, Señor del Inframundo, protégenos en este día de juicio. Haz que mi nombre sea nombrado con honor entre los vivos. Que pueda caminar libremente en el reino de los muertos."
Oración al corazón
Este es un hechizo crucial recitado para evitar que el corazón del difunto testifique en su contra durante el juicio
"¡Oh, mi corazón que recibí de mi madre! ¡Oh, corazón mío que fue necesario en mi vida terrenal!
No te pongas en mi contra en el tribunal, No te opongas a mí ante los guardianes del juicio, No produzcas ninguna mentira contra mí en presencia del gran dios. Que no sea acusado, que no sea rechazado, Que mi nombre no sea eliminado, que mi lugar no sea usurpado, Que no sea condenado en presencia del Gran Dios, Señor del Oeste."
Invocación a los dioses
Durante el juicio, se invocaba a varios dioses para que intercedieran a favor del difunto. Estas invocaciones pedían la misericordia y la justicia de los dioses, y aseguraban que el juicio se realizara de manera justa.
Invocación a Osiris
Osiris, como juez supremo, también era invocado para que favoreciera al difunto.
"¡Salve, Oh Osiris, Señor de la Eternidad, Rey del Inframundo!
Yo vengo a ti, Oh Gran Dios, Señor del más allá, Te traigo la verdad y he expulsado la falsedad, He hecho lo que es justo, y he hablado con veracidad. ¡Que tu corazón sea complacido conmigo! Haz que pueda cruzar el umbral hacia la vida eterna, Que pueda habitar en el campo de juncos, Donde Osiris reside en paz y plenitud."
Oración a Maat
Maat, la diosa de la verdad y la justicia, era invocada para asegurar un juicio justo.
"¡Salve, Maat, Señora de la Verdad y la Justicia!
Tú que mides los corazones de los hombres, Que das equilibrio al universo, Te imploro que estés a mi lado en este juicio. Que mi corazón sea ligero como tu pluma, Que mi verdad prevalezca, Que mi espíritu sea llevado a los campos de paz, Donde pueda habitar por toda la eternidad bajo tu orden perfecto."
El proceso de la decisión final
Pesada del Corazón: En el centro del juicio estaba la pesada del corazón del difunto contra la pluma de Maat, la diosa de la verdad, la justicia y el orden cósmico. El corazón, considerado el asiento de la conciencia y la moralidad, representaba la verdad de las acciones y pensamientos del difunto durante su vida.
Intervención de los dioses:
Anubis era el encargado de colocar el corazón del difunto en un platillo de la balanza y la pluma de Maat en el otro. Su rol era asegurar que la pesada se realizara de manera justa y precisa.
Thoth estaba presente para registrar el resultado del juicio, también intervenía como un dios imparcial que garantizaba la verdad en todo el proceso.
Resultados Posibles:
Corazón igual o más ligero que la pluma:
Si el corazón del difunto era igual o más ligero que la pluma de Maat, significaba que había vivido una vida en armonía con los principios de Maat, es decir, con justicia, verdad y rectitud. Este resultado indicaba que el difunto era "justificado" o "verdadero de voz" (maat kheru) y por lo tanto, se le permitía entrar en el Aaru (Campos de Juncos o el Paraíso Egipcio), donde gozaría de una existencia eterna de paz y felicidad. 👀 LOS CAMPOS DE PAZ, CAPITULO-CX DEL LIBRO DE LOS MUERTOS (ANI)
Corazón más pesado que la pluma:
Si el corazón del difunto era más pesado que la pluma, esto indicaba que había cometido demasiados pecados o que no había vivido según los principios de Maat. En este caso, el corazón del difunto era entregado a Ammit, un monstruo con cabeza de cocodrilo, torso de león y parte trasera de hipopótamo, conocida como "La Devoradora de los Muertos" o "La Devoradora de Almas". Ammit devoraba el corazón del difunto, lo que resultaba en la aniquilación total del alma. Esto se conocía como la "segunda muerte", un destino temido, ya que implicaba la destrucción completa del individuo, borrándolo de la existencia sin posibilidad de vida eterna. 👀 RAREZAS MITOLOGICAS, LAS FIGURAS MAS EXCENTRICAS DEL PANTEON EGIPCIO (I)
Declaración
Tras el resultado, Thoth declaraba el veredicto. Si el difunto era justificado, Thoth proclamaba que la balanza estaba equilibrada y que el difunto había sido encontrado "verdadero de voz". Esta declaración sellaba el destino del difunto, permitiéndole continuar su viaje hacia el más allá en paz.
Si el juicio resultaba favorable, el difunto era guiado hacia Osiris, el dios del inframundo, quien le daba la bienvenida al reino de los muertos. Aquí, el alma viviría eternamente en un estado de bienaventuranza, en un entorno que reflejaba una versión idealizada de la vida terrenal, pero sin sufrimiento ni muerte.
La decisión final del juicio en la Psicostasis era una culminación de las creencias egipcias sobre la moralidad, el orden cósmico y la vida después de la muerte. El juicio no solo determinaba el destino del difunto en el más allá, sino que también reflejaba la importancia de vivir una vida justa y moral según los principios de Maat. La posibilidad de la "segunda muerte" era un recordatorio constante de las consecuencias de no adherirse a estos principios, mientras que la justificación ofrecía la esperanza de una existencia eterna en el paraíso.
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