Las listas reales egipcias son registros creados en la antigüedad para enumerar a los faraones que gobernaron Egipto a lo largo de su historia. Estos documentos, tallados en piedra o escritos en papiros, tenían una función tanto política como religiosa, buscando legitimar el poder de los gobernantes al vincularlos con una sucesión ininterrumpida de reyes desde tiempos míticos. No solo ofrecen una visión de la cronología faraónica, sino que reflejan el criterio selectivo de los escribas, quienes omitieron gobernantes considerados ilegítimos o ajenos al orden dinástico tradicional, como los hicsos o los faraones herejes. Así, las listas reales son tanto una herramienta histórica como un reflejo de la política y religión egipcia.
LA PIEDRA DE PALERMO
Es uno de los documentos más antiguos y valiosos para el estudio de la cronología del antiguo Egipto, particularmente de las primeras dinastías. Se trata de un fragmento de una gran estela de basalto que contiene una lista real de faraones, junto con registros de eventos importantes, y es considerada una fuente clave para entender las primeras fases de la historia egipcia.
Contexto y Origen
Material y origen: La piedra está tallada en basalto negro, y se estima que formaba parte de una estela mucho más grande. Se descubrió en fragmentos, el más grande de los cuales se encuentra en el museo de Palermo, en Italia, lo que le da su nombre actual. Otros fragmentos se encuentran en el Museo Egipcio de El Cairo y en el museo Petrie de Londres. La piedra fue originalmente tallada durante el Período del reino Antiguo, probablemente durante la dinastía V.
Propósito: La Piedra de Palermo " tenía como objetivo registrar, con fines ceremoniales y religiosos, la sucesión de faraones desde la creación del mundo (según la mitología egipcia) hasta la dinastía que la mandó tallar. Estos monumentos no solo tenían un propósito conmemorativo, sino que también se usaban para legitimar el poder de los faraones, vinculándolos con el pasado divino.
Contenido y Significado
Lista real: La piedra registra los nombres de los faraones de las primeras dinastías, comenzando con los gobernantes míticos predinásticos y extendiéndose a las primeras dinastías I al V. Entre ellos, se incluyen figuras históricas importantes como los faraones de la dinastía I (Menes o Narmer, considerado el unificador de Egipto) y los soberanos de la dinastía III y IV, como Dyeser (Zoser) y Snefru.👀CONOCIENDO A NARMER, EL FARAÓN QUE FORJÓ EGIPTO.
Lo que es más relevante de la Piedra de Palermo es que no se limita a una lista de nombres de reyes, sino que también proporciona información sobre el duración de sus reinados y una serie de eventos clave en cada uno de ellos.
Años de reinado: En la lista, cada año de reinado de los faraones está dividido en registros anuales. Estos registros a menudo están marcados con eventos específicos, y cada línea o columna de la piedra comienza con la indicación del nombre del faraón y el año de reinado.
Eventos registrados: A diferencia de otras listas reales egipcias, la Piedra de Palermo incluye anotaciones de eventos significativos que ocurrieron durante el reinado de los faraones. Estos incluyen:
Mediciones del nivel del Nilo: Indicando la importancia del control de las inundaciones para la agricultura egipcia.
Censos de ganado: Un acto clave en la administración y la recaudación de impuestos, reflejando la prosperidad del reino.
Celebraciones de festivales religiosos: Como la ceremonia Sed, que marcaba el jubileo del faraón.
Construcciones religiosas y obras públicas: Incluyendo la construcción de templos y monumentos, importantes no solo para el prestigio del faraón, sino también para el culto religioso.
Campañas militares y actividades de expansión: Mencionando expediciones a Nubia y Libia.
Estos registros detallados convierten a la Piedra de Palermo en una fuente única para comprender no solo la sucesión de los faraones, sino también el desarrollo del estado egipcio en sus primeras etapas, reflejando la importancia de la administración y las interacciones políticas, religiosas y económicas.
Análisis cronológico y problemas interpretativos
Cronología: La Piedra de Palermo es crucial para el estudio de la cronología egipcia de las primeras dinastías. Sin embargo, presenta desafíos en su interpretación debido a que está incompleta. El documento no cubre todos los faraones conocidos ni todos los eventos de cada reinado, y muchos de los fragmentos están dañados o han desaparecido.
Uno de los mayores problemas es la interrupción de las listas reales, ya que no siempre coinciden con otras fuentes cronológicas, como las listas registradas en los templos de Abidos y Saqqara, o el Canon de Turín. Estas diferencias se deben, en parte, a la naturaleza simbólica y religiosa de las listas reales egipcias, que a menudo omitían faraones de corto reinado, reyes considerados ilegítimos o incluso gobernantes extranjeros.
Posición en la historia de la egiptología: La Piedra de Palermo fue descubierta en el siglo XIX y sigue siendo uno de los documentos más discutidos en la egiptología moderna. Es considerada una de las primeras evidencias del control estatal temprano en el desarrollo del antiguo Egipto, mostrando un estado centralizado que se preocupaba tanto por la gestión económica (por ejemplo, la recolección de ganado e impuestos) como por la legitimación religiosa del poder.
Interpretaciones académicas
Maat y legitimación del poder: La piedra se inscribe en la tradición egipcia de mantener el orden cósmico, o Maat, a través del poder divino de los faraones. La lista de reyes no solo es un registro cronológico, sino una afirmación del mandato divino del faraón en el mantenimiento del equilibrio del universo, una idea central en la cosmología egipcia. Al mostrar una línea continua de faraones desde tiempos míticos hasta el momento en que se redactó, la estela refuerza la legitimidad del faraón gobernante, vinculando su poder con las generaciones anteriores. 👀LOS PILARES DEL ORDEN CÓSMICO, MA´AT E ISFET.
Función política: Más allá de su valor histórico y religioso, la Piedra de Palermo también puede haber tenido una función política. Durante la dinastía V, la relación entre el faraón y los poderosos cleros de los templos, especialmente el de Ra en Heliópolis, estaba en constante redefinición. Al incluir eventos rituales y la conexión con Ra, la piedra puede haber sido utilizada como un medio para legitimar las reformas religiosas y políticas de los faraones de esa época.👀SANGRE REAL Y VOLUNTAD DIVINA, LA LARGA TRAVESIA HACIA EL PODER EN EL ANTIGUO EGIPTO 👀LA AGENDA DEL FARAON, SU DIA A DIA.
Comparación con otras listas reales
Canon Real de Turín: A diferencia de la Piedra de Palermo, que se enfoca principalmente en los eventos durante los reinados, el Canon de Turín es una lista cronológica más detallada que incluye los años de reinado de cada faraón, aunque en muchos casos de forma fragmentada.
Lista de Abidos y Saqqara: Ambas listas se encuentran en templos y son similares en la forma de enumerar a los faraones, pero omiten a varios reyes de las primeras dinastías, mientras que la Piedra de Palermo se esfuerza por proporcionar detalles anuales de los reinados.
LA LISTA REAL DE ABIDOS
Tallada en las paredes del templo funerario de Seti I, esta lista ofrece una secuencia de reyes que abarca desde las primeras dinastías hasta el reinado del soberano que la mandó inscribir.👀TEMPLOS DE EGIPTO
Contexto y ubicación
Ubicación: La Lista Real de Abidos se encuentra en el Templo de Seti I, en la ciudad de Abidos, uno de los centros religiosos más importantes de Egipto, especialmente vinculado con el culto a Osiris. Esta lista se encuentra en una de las paredes del pasillo de la galería principal, conocida como la Sala de los Antepasados.👀 ABIDOS
Propósito: La lista fue encargada por Seti I, de la dinastía XIX, con el objetivo de registrar una línea sucesoria de reyes anteriores, probablemente para legitimar su propio poder vinculándose con los antiguos gobernantes. Abidos era un lugar sagrado y mítico asociado con los cultos funerarios, lo que confería a la lista un fuerte componente religioso y simbólico.
Importancia de Abidos: Esta ciudad tenía un papel especial en la religión egipcia como el principal centro de culto a Osiris, el dios de la resurrección y el más allá. Abidos no solo fue el lugar donde se celebraban importantes festivales funerarios, sino que era un punto de peregrinación para los egipcios que buscaban garantizar su vida eterna al ser enterrados o conmemorar a sus muertos cerca del templo de Osiris. La Lista de Abidos forma parte de este contexto de devoción ancestral. 👀LOS FRAGMENTOS DE OSIRIS👀EL TRONO DE OSIRIS
Contenido y estructura de la lista
Número de faraones: La lista original contenía 76 nombres de faraones, comenzando desde los primeros reyes míticos de las dinastías predinásticas hasta Seti I.
Menes, Aha, Dyer, Djet, Den, Anedjib, Semerkhet, Qa'a, Hotepsekhemwy, Raneb, Nynetjer, Senedj, Peribsen (aunque algunos lo consideran omitido), Jasejemuy, Nebka, Dyeser (Zoser), Sekhemkhet, Sanajt, Jaba, Huni, Snefru, Jufu, Dyedefra, Jafra, Menkaura Shepseskaf, Userkaf, Sahura, Neferirkara Kakai, Shepseskara, Raneferef (Neferkara), Niuserra, Menkauhor, Djedkara Isesi, Unis, Teti, Pepi I, Merenra I, Pepi II, Merenra II, Netjerkara, Mentuhotep II, Mentuhotep III, Mentuhotep IV, Amenemhat I, Senusret I, Amenemhat II, Senusret II, Senusret III, Amenemhat III, Amenemhat IV, Sobekneferu (reina), Ahmose I, Amenhotep I, Tutmosis I, Tutmosis II, Tutmosis III Amenhotep II, Tutmosis IV, Amenhotep III, Horemheb, Ramsés I, Seti I, Ramsés II
Los nombres están dispuestos en tres filas de cartuchos, con los nombres de los reyes, una característica que simboliza el poder soberano.
Selección de faraones: A diferencia de otras listas, la Lista Real de Abidos omite a ciertos faraones, especialmente aquellos asociados con épocas turbulentas o considerados usurpadores, como los gobernantes del Segundo Período Intermedio (incluyendo a los hicsos), o faraones como Akenatón (que lideró la revolución religiosa amarniana), Hatshepsut y Tutankamón. Esta selección tenía un propósito claro: reforzar la continuidad del poder dinástico legítimo y evitar a aquellos considerados heréticos o de períodos inestables.
Representación de Seti I y Ramsés II: Junto a la lista, se muestra una imagen de Seti I acompañado por su hijo y sucesor, Ramsés II, presentando ofrendas a los nombres de sus antepasados. Este acto simbólico refleja el respeto que ambos faraones querían mostrar hacia los reyes anteriores, con el objetivo de legitimarse como parte de una larga y venerada línea dinástica.
Significado religioso y político
Conexión con la legitimidad real: La Lista de Abidos no es simplemente un registro cronológico, sino una herramienta política y religiosa. Al incluir solo a los reyes considerados legítimos, la lista reafirma la autoridad de Seti I como un gobernante justo, directamente vinculado a los faraones que habían mantenido ma´at (el orden cósmico y social) durante generaciones. Esta continuidad dinástica era crucial para garantizar que el rey actual fuese visto como un sucesor legítimo del mandato divino.
Ma´at y la función divina del faraón: En el pensamiento egipcio, el faraón no era solo un gobernante secular, sino un mediador entre los dioses y los hombres. El hecho de que Seti I ofreciera reverencia a los faraones anteriores a él en la lista reafirmaba su papel en el mantenimiento de maat. Al conectar su linaje con los reyes que habían sido favorecidos por los dioses, Seti I aseguraba que su reinado también sería respaldado por las fuerzas divinas. 👀LOS PILARES DEL ORDEN CÓSMICO, MA´AT E ISFET.
Uso ritual y conmemorativo: Además de ser un documento político, la lista tenía una fuerte dimensión religiosa. Al estar inscrita en un templo dedicado a un faraón muerto, estaba destinada a conmemorar a los antiguos reyes y ofrecerles culto. Al realizar ceremonias ante estos nombres, Seti I y Ramsés II buscaban apelar a la protección y bendición de sus antecesores divinizados, asegurando así su propia protección en la vida y en la muerte.
Comparación con otras listas reales
Canon de Turín: El Canon de Turín, a diferencia de la Lista de Abidos, es un papiro y no una inscripción monumental. Si bien contiene una lista más exhaustiva de faraones, incluyendo aquellos considerados usurpadores o reyes del Segundo Período Intermedio, su condición fragmentaria dificulta el uso en comparación con la más conservada Lista de Abidos. Además, el Canon de Turín proporciona la duración del reinado de cada faraón, lo cual no está presente en la lista de Abidos.
Lista de Saqqara: La Lista Real de Saqqara es muy similar a la de Abidos, pero también presenta algunas diferencias. En esta lista, que fue inscrita en la tumba de un alto oficial de la dinastía XIX, aparecen nombres de faraones omitidos en Abidos, aunque sigue siendo selectiva en su recopilación de gobernantes. Ambas listas comparten la característica de excluir a reyes problemáticos o impopulares.
Problemas de interpretación
Omisión deliberada de faraones: Uno de los mayores desafíos en la interpretación de la Lista de Abidos es su naturaleza selectiva. Los nombres omitidos no son necesariamente errores, sino más bien una elección política y religiosa. La exclusión de ciertos faraones refleja las tensiones dinásticas y los conflictos ideológicos de la época, lo que dificulta la reconstrucción de una cronología completa y objetiva de los reyes egipcios.
Valor histórico y simbólico: Si bien es una fuente invaluable para la cronología, la lista es tanto un documento simbólico como histórico. Esto significa que, para obtener una visión completa de la secuencia dinástica, debe complementarse con otros registros, como el Canon de Turín o las inscripciones de los reyes nubios.
Importancia en la egiptología
Contribución a la cronología: La Lista de Abidos es fundamental para entender la sucesión de faraones, especialmente de las primeras dinastías. Su conservación casi intacta y su ubicación en un templo real hacen que sea una fuente fiable para la egiptología, aunque no está exenta de controversias debido a sus omisiones selectivas.
Reconstrucción del pasado egipcio: A lo largo del siglo XIX y XX, la Lista de Abidos ha sido un pilar para reconstruir la historia de Egipto, complementando otras fuentes escritas y arqueológicas. Ha permitido a los estudiosos ubicar a faraones en contextos históricos y religiosos más amplios, y comprender mejor la ideología real del antiguo Egipto.
LISTA REAL DE SAQARA
La Lista Real de Saqqara es otro importante documento egipcio que recoge una sucesión de faraones, similar a la Lista Real de Abidos, pero con algunas diferencias en la selección de los reyes mencionados. Se encuentra en la tumba de un alto funcionario llamado Thunery, que vivió durante la dinastía XIX, bajo el reinado de Ramsés II. Esta lista, al igual que la de Abidos, excluye ciertos faraones considerados herejes o pertenecientes a períodos problemáticos.
Contexto y ubicación
Ubicación: La Lista Real de Saqqara está inscrita en la tumba del oficial Thunery en la necrópolis de Saqqara, cerca de la pirámide escalonada de Zoser, en Menfis. 👀SAQQARA
Propósito: Al igual que la Lista de Abidos, la Lista Real de Saqqara tenía un propósito de consolidación dinástica. Al registrar los nombres de los faraones previos, Ramsés II buscaba reforzar su legitimidad vinculándose a los reyes del pasado. 👀RAMSÉS II
Número de faraones: La Lista Real de Saqqara menciona 58 faraones, comenzando desde la dinastía I y llegando hasta los gobernantes de la dinastía XIX. A diferencia de la Lista de Abidos, que incluye 76 nombres, la de Saqqara es más breve, pero contiene nombres similares.
Comparación con la lista de Abidos
Similitudes: La Lista Real de Saqqara tiene muchas similitudes con la Lista de Abidos, especialmente en los nombres de los reyes que aparecen hasta las primeras dinastías. Ambas listas se centran en la sucesión legítima de faraones, desde los primeros gobernantes míticos hasta los reyes históricos de la dinastía XVIII.
Omisiones: Al igual que la Lista de Abidos, la de Saqqara omite a ciertos faraones, como aquellos asociados con el Período Amarniano, como Akenatón, Tutankamón, y otros reyes problemáticos o de corto reinado. También se excluyen los hicsos y reyes considerados usurpadores o de épocas turbulentas.
Importancia y propósito de la lista de Saqqara
Legitimidad Dinástica: Al igual que en otras listas reales, el propósito de la Lista de Saqqara era establecer una línea clara y legítima de faraones para reforzar el poder del faraón contemporáneo (en este caso, Ramsés II). Vincularse a una línea ancestral de reyes considerados como justos y exitosos era fundamental para consolidar el poder de los gobernantes actuales.
Valor Simbólico y Político: La exclusión deliberada de ciertos faraones también muestra un componente ideológico en las listas reales. Al omitir nombres controvertidos o asociados con períodos de desorden, estas listas buscaban proyectar una imagen de continuidad ininterrumpida del poder faraónico. Esto ayudaba a afianzar la figura del faraón como garante del orden y la estabilidad, esencial para la maat, el principio de orden cósmico en la religión egipcia.
Comparación con el canon de Turín
La Lista Real de Saqqara, al igual que la Lista de Abidos, es más selectiva y estilizada que el Canon Real de Turín, un papiro fragmentario que contiene una lista mucho más extensa y detallada de faraones, incluyendo los gobernantes del Segundo Período Intermedio y algunos faraones omitidos en las listas monumentales. El Canon de Turín es más detallado en cuanto a la duración de los reinados, pero su estado fragmentario lo hace más difícil de interpretar.
LISTA REAL DE KARNAK
Es una de las varias listas de reyes egipcios que han sobrevivido desde la antigüedad y proporciona una valiosa referencia para los estudios de la cronología del Antiguo Egipto. Esta lista fue grabada durante el reinado del faraón Tutmosis III (de la dinastía XVIII) y se encuentra en el Templo de Amón-Ra en Karnak, un complejo de templos en la actual ciudad de Luxor. A diferencia de otras listas reales, como la de Abidos o la de Saqqara, la de Karnak es más selectiva y no ofrece una cronología completa de todos los reyes, sino que se enfoca en aquellos que fueron considerados dignos de ser recordados por razones políticas y religiosas. 👀KARNAK
Descripción y ubicación
Ubicación: El Templo de Karnak, en la sala hipóstila de Amón-Ra, en Luxor (antigua Tebas).
Fecha de creación: Alrededor del reinado de Tutmosis III, en el siglo XV a.C., durante la dinastía XVIII.
Estado de conservación: La lista está en un estado relativamente bien conservado, aunque algunas áreas están dañadas o erosionadas, lo que ha causado la pérdida de algunos nombres.
Contenido de la lista
La Lista real de Karnak incluye los nombres de 61 faraones que precedieron a Tutmosis III y, al igual que otras listas oficiales, omite a ciertos gobernantes, especialmente aquellos que no se consideraban dignos de ser recordados o que se asociaban con períodos de caos o interrupciones en la continuidad de la monarquía.
Reyes seleccionados: La lista se enfoca en los reyes considerados legítimos y relevantes para la tradición religiosa y política del culto de Amón-Ra en Karnak. Solo menciona a los faraones que, desde la perspectiva de los sacerdotes de Amón, estaban vinculados con la historia religiosa y dinástica oficial de Egipto.
Omite a ciertos gobernantes: Al igual que otras listas reales egipcias, la de Karnak no incluye a los faraones que fueron considerados herejes o usurpadores. Los más notables ausentes son:
Los gobernantes del Segundo Período Intermedio, como los hicsos, que fueron considerados invasores extranjeros.
Los faraones asociados con disturbios o inestabilidad, como aquellos de los períodos intermedios.
Hatshepsut, la famosa faraona, también fue excluida, probablemente debido a su borrado sistemático de los registros históricos por su sucesor Tutmosis III, quien promovió la lista.
Inclusión de reyes de relevancia religiosa: Se cree que la lista tiene un propósito más ceremonial que cronológico, ya que muchos de los reyes incluidos están relacionados con cultos religiosos importantes, especialmente el de Amón, a quien estaba dedicado el templo de Karnak.
Organización de la Lista
Está organizada en tres registros horizontales, y cada uno contiene los nombres de los faraones en jeroglíficos. Las diferencias en la altura de los caracteres y en la disposición sugiere que los faraones más destacados recibían más prominencia visual.
Registro superior: Contiene los nombres de faraones que gobernaron en tiempos antiguos, empezando por los de las primeras dinastías.
Registro intermedio: Presenta faraones principalmente del Imperio Medio, un período de restauración y estabilidad.
Registro inferior: Enumera faraones del Imperio Nuevo, principalmente de la dinastía XVIII, justo antes del reinado de Tutmosis III.
Propósito de la lista de Karnak
La Lista Real de Karnak fue creada con un propósito religioso y político. Su principal objetivo era consolidar la legitimidad de Tutmosis III y reafirmar su conexión con los gobernantes más importantes de Egipto, reforzando su papel como el continuador de una larga tradición de reyes divinizados. Además, al inscribir la lista en el Templo de Amón, se vinculaba su reinado al culto de Amón, el dios más importante durante el reino Nuevo.
Legitimidad dinástica: Al asociarse con los grandes faraones del pasado, Tutmosis III reforzaba su posición como el líder legítimo de Egipto. La lista, por tanto, no es una mera cronología, sino un instrumento de propaganda dinástica.
Conexión con Amón-Ra: Dado que el templo de Karnak estaba dedicado a Amón-Ra, la lista también servía como un homenaje a los faraones que habían contribuido al fortalecimiento del culto de Amón, consolidando a Tutmosis III como su legítimo heredero.
Comparación con otras listas Reales
Lista de Abidos: La Lista de Abidos, grabada bajo el reinado de Seti I, es mucho más extensa que la de Karnak, con 76 nombres, y sigue un enfoque similar en términos de omitir faraones considerados problemáticos. Sin embargo, la de Abidos cubre un rango más amplio de dinastías y tiene una intención más claramente cronológica y ceremonial.
Lista de Saqqara: Al igual que la Lista de Karnak, también omite gobernantes que no se ajustaban a la narrativa dinástica tradicional. No obstante, Saqqara presenta más nombres de reyes de las primeras dinastías que la de Karnak.
Canon Real de Turín: A diferencia de la Lista de Karnak, el Canon Real de Turín proporciona un registro más completo y detallado de los faraones, incluyendo aquellos que fueron omitidos en las listas reales monumentales, como los hicsos y los reyes de períodos de inestabilidad. Aunque está fragmentado, el Canon de Turín tiene una función más técnica y cronológica.
Lista de Manetón: La cronología de Manetón, redactada mucho más tarde, incluye más detalles sobre los gobernantes extranjeros y las dinastías omitidas en la Lista de Karnak. Manetón también usa una división dinástica que refleja mejor la complejidad de la historia faraónica, mientras que la de Karnak está más enfocada en la propaganda de continuidad.
Importancia histórica
La Lista Real de Karnak es de gran importancia para la egiptología, ya que proporciona una visión sobre cómo los faraones del Imperio Nuevo, como Tutmosis III, querían ser percibidos en relación con el pasado. Si bien no es una lista cronológica exhaustiva, es un documento crucial para entender cómo los gobernantes egipcios usaron la historia para legitimar su poder.
Uso político y religioso: Sirve como un claro ejemplo de la interconexión entre política y religión en el Antiguo Egipto. La lista es tanto una afirmación de la continuidad política como un refuerzo del poder divino de los faraones a través del culto de Amón.
Exclusión intencional de gobernantes: La omisión de ciertos faraones es un recordatorio de que las listas reales egipcias no eran documentos imparciales o puramente cronológicos. Eran creadas con propósitos ideológicos, para reforzar la narrativa oficial de los faraones en el poder.
CANON REAL DE TURIN
También conocido como el Papiro de Turín, es uno de los documentos más importantes y detallados sobre la cronología de los faraones del antiguo Egipto. A diferencia de las listas reales monumentales, como la Lista de Abidos y la Lista de Saqqara, el Canon de Turín se presenta como un papiro fragmentario que ofrece una cronología mucho más completa y precisa de los reyes egipcios, incluyendo a muchos gobernantes que fueron omitidos deliberadamente en otras listas oficiales.
Descripción y Ubicación
Ubicación actual: Museo Egipcio de Turín, Italia.
Fecha de creación: Data del reinado de Ramsés II, durante la dinastía XIX, aunque contiene nombres y cronologías que abarcan hasta las primeras dinastías egipcias.
Estado del papiro: El papiro está en un estado muy fragmentado, lo que dificulta la reconstrucción completa de su contenido. Fue encontrado en el siglo XIX en Luxor y trasladado a Italia, donde su mala conservación en el viaje empeoró su condición.
Estructura y Contenido
El Canon de Turín es excepcional por la cantidad de faraones que menciona y por los detalles que proporciona, ya que incluye:
Nombres de reyes: Lista los nombres de faraones desde las primeras dinastías hasta el Período Nuevo, incluyendo los gobernantes de los Períodos Intermedios que suelen estar ausentes en otras listas reales.
Duración de reinados: Proporciona datos sobre la duración del reinado de muchos faraones, algo que es raramente encontrado en las listas monumentales.
Estructura cronológica: Abarca un amplio rango temporal, desde la dinastía I hasta, aparentemente, la dinastía XVII, justo antes del comienzo del Imperio Nuevo.
Particularidades
Incluye faraones omitidos en otras listas: El Canon de Turín es el único documento que incluye faraones del Segundo Período Intermedio y gobernantes menores o extranjeros, como los hicsos. Esto lo hace mucho más inclusivo que listas como la de Abidos o Saqqara, que excluyen a los gobernantes que no formaban parte de la narrativa oficial de poder continuo y divino.
Divisiones de períodos: Una de las características del Canon es que agrupa a los reyes en períodos de manera similar a lo que hoy conocemos como dinastías. Los grupos de reyes están organizados en columnas, y en algunos casos se hace referencia a “reyes de regiones extranjeras” o “reyes de las dinastías locales”.
Faraones del Período Intermedio: Aporta una visión más clara de los faraones que reinaron en los períodos intermedios, como el Primer Período Intermedio (entre el Imperio Antiguo y el Medio) y el Segundo Período Intermedio (entre el Imperio Medio y el Nuevo). Este detalle permite a los egiptólogos tener una comprensión más completa de los momentos de fragmentación política en Egipto.
Fragmentación y dificultades en la Interpretación
El Canon Real de Turín está compuesto de fragmentos, lo que genera grandes desafíos a los estudiosos para su interpretación. A pesar de su importancia como fuente histórica, gran parte del texto se ha perdido o está dañado:
Pérdida de datos: El papiro está dividido en más de 160 fragmentos, algunos de los cuales son extremadamente pequeños y, por lo tanto, difíciles de colocar en su posición correcta.
Reconstrucción incompleta: Aunque se han hecho numerosos intentos de reconstrucción, la versión completa y final sigue siendo esquiva, y muchas secciones están basadas en interpretaciones y conjeturas.
Contenido Detallado
El Canon de Turín ofrece, en teoría, la lista más extensa de faraones egipcios conocidos. Algunas de las características más notables de su contenido son:
Dinastías tempranas: El Canon comienza con las primeras dinastías, mencionando reyes míticos que, en algunas versiones, preceden incluso al rey Menes (Narmer), fundador de la dinastía I.
Faraones de los Períodos Intermedios: Incluye faraones de los períodos de inestabilidad, como los del Primer Período Intermedio, entre la dinastía VI y la XI, y del Segundo Período Intermedio, donde aparecen los hicsos y las dinastías fragmentadas del norte y sur de Egipto.
Reyes extranjeros: Otro aspecto único del Canon es que incluye faraones considerados "ilegítimos" o extranjeros, como los gobernantes hicsos que reinaron durante el Segundo Período Intermedio, una inclusión que contrasta con las listas monumentales oficiales, que los omiten completamente.
Importancia para la Egiptología
El Canon Real de Turín es una fuente invaluable para la cronología del Antiguo Egipto. Gracias a su inclusión de gobernantes omitidos en otras fuentes, y a la información sobre la duración de los reinados, proporciona una visión mucho más completa y detallada de la sucesión faraónica. Algunas de las razones por las que el Canon es fundamental incluyen:
Corrección de cronologías: Ha sido utilizado para corregir y complementar otras listas reales que son más selectivas y no incluyen los gobernantes problemáticos.
Establecimiento de la duración de reinados: Es una fuente crítica para saber cuántos años gobernaron ciertos faraones, información que no se encuentra en las listas reales monumentales.
Incorporación de los reyes hicsos: La inclusión de los faraones hicsos del Segundo Período Intermedio nos da una visión más clara de la historia de este período de fragmentación política en Egipto.
Comparación con Otras Listas Reales
Frente a la Lista de Abidos y la Lista de Saqqara: A diferencia de estas listas, que excluyen gobernantes impopulares o asociados a períodos inestables, el Canon de Turín proporciona una cronología más inclusiva, mencionando faraones de períodos caóticos como los hicsos y los gobernantes del Primer y Segundo Período Intermedio.
Frente a la Piedra de Palermo: Mientras que la Piedra de Palermo se enfoca en las primeras dinastías y eventos clave relacionados con ellas, el Canon de Turín cubre un espectro más amplio, abarcando casi toda la historia faraónica hasta la dinastía XIX.
Dificultades en la Interpretación Moderna
A pesar de su riqueza de información, la fragmentación del papiro y su estado deteriorado han hecho que los egiptólogos no siempre puedan obtener una cronología completa o clara. Parte del desafío es determinar la disposición correcta de los fragmentos, ya que algunos nombres de reyes están dañados o incompletos.
LISTA REAL DE MANETON
Es una fuente crucial para el estudio de la cronología del antiguo Egipto. Fue redactada por el sacerdote e historiador egipcio Manetón de Sebennitos, quien vivió durante la época ptolemaica (siglo III a.C.). Esta lista es única porque proporciona una división de la historia de Egipto en dinastías, un concepto que sigue siendo utilizado hoy en día. Aunque la obra original de Manetón no ha llegado a nosotros en su forma completa, ha sobrevivido gracias a citas y resúmenes incluidos en textos de autores posteriores como Flavio Josefo, Eusebio de Cesarea, Sexto Julio Africano y otros cronistas antiguos.👀 MANETON, EL HOMBRE QUE PERSEVERÓ LA MEMORIA DEL ANTIGUO EGIPTO.
Contexto y estructura de la lista
Nombre: Lista de Manetón, derivada de su obra Aigyptiaka (Historia de Egipto).
Fecha de creación: Durante el siglo III a.C., bajo el reinado de los Ptolomeos (probablemente durante el reinado de Ptolomeo II Filadelfo).
Propósito: Manetón escribió la lista como parte de una historia completa de Egipto para los gobernantes griegos de la época ptolemaica, presentando una sucesión ordenada de faraones desde los tiempos míticos hasta su propio tiempo. Su trabajo tenía un objetivo político y cultural, buscando mostrar la continuidad histórica de Egipto y la legitimidad de los Ptolomeos en relación con los faraones anteriores. 👀AEGYPTIAKA. LA PIEDRA ANGULAR DE LA HISTORIA DE EGIPTO.
División en dinastías
Uno de los legados más importantes de Manetón es la división de la historia egipcia en dinastías, un esquema que sigue siendo el fundamento de la cronología egipcia moderna. Dividió la sucesión de faraones en 30 dinastías (más tarde se añadieron algunas más, como la dinastía XXXI de los persas). Cada dinastía generalmente corresponde a una línea familiar o un grupo de gobernantes que reinaban desde una misma ciudad o en un mismo período. 👀DINASTIAS Y EL CONCEPTO TIEMPO SEGUN MANETON
Contenido de la lista de Manetón
Reyes míticos y primeros reyes: Manetón comienza su lista con los reyes míticos, antes de Narmer, mencionando figuras como los dioses y semidioses que supuestamente gobernaron Egipto antes de la llegada de los faraones humanos. Después de estos personajes mitológicos, menciona a los primeros faraones históricos, comenzando con Menes (a menudo identificado con Narmer), el legendario fundador de la dinastía I y unificador de Egipto.
Dinastías: La lista de Manetón abarca desde la dinastía I hasta la dinastía XXX, y fue fundamental en la reconstrucción histórica de las sucesiones de gobernantes.
Dinastías I-II: Faraones predinásticos y del Período Tinita.
Dinastías III-VI: Faraones del Imperio Antiguo (incluyendo la época de las grandes pirámides).
Dinastías VII-X: Período de crisis conocido como el Primer Período Intermedio.
Dinastías XI-XII: Faraones del Imperio Medio, una época de reunificación y esplendor.
Dinastías XIII-XVII: Segundo Período Intermedio, con la presencia de los hicsos (reyes extranjeros que controlaron parte de Egipto).
Dinastías XVIII-XX: Faraones del Imperio Nuevo, incluyendo a los grandes faraones como Ramsés II, Tutmosis III, Amenhotep III y Akhenatón.
Dinastías XXI-XXX: Período Tardío, que culmina con la invasión persa y, posteriormente, la llegada de Alejandro Magno y los gobernantes ptolemaicos.
Características Especiales de la lista de Manetón
Duración de los reinados: En algunos fragmentos y fuentes derivadas, Manetón proporciona no solo los nombres de los faraones, sino también la duración de sus reinados. Esto ha sido útil para construir una cronología más precisa, aunque a veces es contradictorio o impreciso debido a errores de transmisión o interpretaciones erróneas por parte de los cronistas posteriores.
Reyes omitidos o inventados: Aunque Manetón es una fuente fundamental, los historiadores han identificado problemas en su lista. Algunas dinastías parecen estar infladas con reyes adicionales que no se encuentran en ninguna otra fuente. Por ejemplo, Manetón menciona hasta 76 reyes en la dinastía VII, lo que probablemente se refiera a un período caótico, pero no hay evidencia arqueológica que respalde tantos gobernantes en tan poco tiempo. También omite o reduce la importancia de algunos faraones, especialmente aquellos asociados con períodos inestables o problemáticos.
Dinastías extranjeras: A diferencia de las listas oficiales monumentales egipcias, que tienden a omitir a los gobernantes extranjeros, Manetón incluye a los hicsos (dinastía XV), los faraones libios (dinastía XXII) y los faraones nubios (dinastía XXV). Esta inclusión es una de las razones por las que la lista de Manetón ha sido tan valiosa, ya que refleja una visión más completa de la historia faraónica.
Errores y confusión de nombres: Debido a la transmisión fragmentada de la obra de Manetón a través de autores griegos y romanos, se encuentran errores de transcripción y confusión de nombres. Esto ha llevado a que algunos faraones aparezcan con nombres diferentes o alterados, lo que dificulta a veces la identificación precisa de los reyes.
Transmisión del Canon de Manetón
La obra original de Manetón se ha perdido, pero su lista de faraones ha sido transmitida a través de varias fuentes antiguas, entre ellas:
Flavio Josefo: En su obra Contra Apion, el historiador judío Josefo cita a Manetón, especialmente en relación con los hicsos, a quienes ve como una figura clave en la narrativa de la relación entre Egipto e Israel.
Eusebio de Cesarea: En sus Crónicas, Eusebio cita extensamente la lista de Manetón y hace su propia interpretación de la cronología egipcia.
Sexto Julio Africano: Este cronista cristiano del siglo III d.C. también cita la lista de Manetón y es una de las fuentes principales para conocer la versión dinástica que creó.
Importancia de la Lista de Manetón
Base para la cronología egipcia: A pesar de los errores y las contradicciones, la Lista de Manetón ha sido fundamental para establecer el esquema dinástico que los egiptólogos modernos siguen utilizando. La división en dinastías ha sido especialmente útil para organizar la historia egipcia y dar contexto a los descubrimientos arqueológicos.
Reconciliación con la evidencia arqueológica: A medida que los arqueólogos han descubierto más inscripciones y listas reales monumentales, como la de Abidos o el Canon Real de Turín, ha sido posible corregir y completar algunos de los errores de la lista de Manetón. Sin embargo, su trabajo sigue siendo un pilar en la reconstrucción histórica.
Inclusión de gobernantes omitidos en otras listas: A diferencia de otras listas egipcias más selectivas, la de Manetón incluye a los faraones hicsos, los gobernantes libios y nubios, y otros reyes considerados "ilegítimos" por la tradición faraónica. Esto lo hace un recurso más completo, aunque no exento de imprecisiones.
Problemas y Críticas
Imprecisiones cronológicas: Las fechas asignadas por Manetón a ciertos faraones y eventos a menudo no coinciden con las evidencias arqueológicas, lo que ha llevado a los estudiosos a tratar sus cifras de años de reinado con precaución.
Discrepancias en nombres: La transmisión de la lista a través de autores griegos y romanos ha generado discrepancias en los nombres de los faraones, con nombres griegos que no siempre se corresponden claramente con los originales egipcios.
Interpretación ideológica: Manetón escribió para un público ptolemaico, y esto probablemente influenció su interpretación de la historia egipcia, lo que podría haber sesgado su relato para alinearse mejor con la ideología de los gobernantes griegos.
CONCLUSIÓN
A pesar de contar con todas estas valiosas fuentes como las listas reales y otras más, la cronología del antiguo Egipto sigue presentando discusión entre los egiptólogos. Estas listas, aunque útiles, no son completas ni imparciales. Frecuentemente omiten reyes considerados ilegítimos o vinculados a períodos de inestabilidad, como los hicsos o los faraones herejes, lo que genera lagunas en la sucesión dinástica. Además, las discrepancias entre las diferentes listas y la falta de sincronización exacta con otros eventos históricos hacen que la cronología egipcia aún dependa de interpretaciones modernas, dataciones arqueológicas y nuevas evidencias, lo que provoca que algunas fechas sigan siendo inciertas o debatidas. 👀LA DESCONCERTANTE CRONOLOGIA DEL ANTIGUO EGIPTO
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