Nos impresionamos siempre ante las estatuas y figuraciones del faraón Akenatón pero ¿Quién había tras estas imponentes y realistas estatuas, quien las realizo?
Akenatón y su política no solo encabezaron una revolución social y religiosa, sino que también artística. Tras su muerte, su nombre fue omitido de las listas de reyes y sus imágenes fueron profanadas y destruidas, pero su legado artístico no ha llegado y a nadie le ha creado indiferencia.
Después de ascender al trono, decidió emprender la construcción de un novedoso complejo de templos en las proximidades de Karnak. A diferencia del templo de Amón, este nuevo proyecto, denominado Gempaatón, se estableció fuera de los límites de Karnak, destacando su independencia. Akenatón buscaba innovar, y el diseño de Gempaatón rompía con la estructura tradicional de santuarios cerrados, permitiendo que la luz solar de Atón iluminara directamente los patios al aire libre del complejo.
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Plano del recinto de Gempaatón. |
Rodeado por una imponente muralla, el complejo del templo comprendía dos estructuras principales: el Santuario, en la sección oriental
el gran templo, en la sección occidental.
La orientación este-oeste del Templo simbolizaba la trayectoria diaria de Atón por el cielo.
El Santuario, con sus dos patios, destacaba por albergar un altar al aire libre donde Akenatón y Nefertiti realizaban sus ofrendas privadas al disco solar.
El gran Templo contaba con un patio columnado y más de 900 pequeños altares al aire libre, destinados a las ofrendas a Atón realizadas por los sacerdotes.
Al norte del templo de Atón se erigía un segundo templo más pequeño en el corazón de Amarna, cerca del palacio real.
Este templo seguía la disposición de Gempaatón y del Gran Templo de Atón, diseñado para estar constantemente iluminado por la luz solar directa.
Los múltiples palacios de Amarna, construidos con ladrillos de barro, se caracterizaban por sus decoraciones vibrantes y detalladas que retrataban escenas de plantas, vida salvaje y la familia real. Estas estructuras incluían amplios patios abiertos, pórticos con columnas y grandes espacios decorados con colosales estatuas de piedra de Akenatón y Nefertiti.
El reinado de Akenatón se destaca por su estilo artístico único, evidenciado en las peculiares representaciones del faraón, como la estatua de Gempaatón. El rostro del rey presenta características inusuales, con rasgos largos, ojos rasgados, labios grandes y una figura desproporcionada. Estas representaciones desafían las convenciones artísticas egipcias y transmiten una imagen de Akenatón como débil, enfermizo y afeminado. 👀 AKENATON ¿REFLEJO DE UNA REALIDAD ARTISTICA O DE SUS PATOLOGIAS?
Akenatón, como faraón, tenía control sobre la producción artística y sus elecciones creativas han llevado a especulaciones sobre su salud y la posibilidad de un trastorno genético. Sin embargo, la mayoría de los egiptólogos sugiere que la representación inusual de Akenatón tiene más que ver con el simbolismo religioso que con aspectos físicos literales. Como dios viviente, Akenatón se asociaba con Atón, el disco solar, y las representaciones andróginas buscaban conectar al faraón con la esencia neutral de esta deidad.
Durante su reinado, Akenatón empleó al menos dos escultores notables: Bek y Tutmoses.
Bek, responsable de las piezas más radicales y estilizadas, marcó un "periodo de experimentación". Posteriormente, Tutmosis adoptó un enfoque más realista y menos exagerado en sus obras, como el icónico busto de Nefertiti. Estas transiciones en el estilo artístico reflejan la evolución creativa durante el gobierno de Akenatón.
Frente a estas representaciones se nos plante una serie de dudas
¿Era realmente Akenaton así, sus obras están exageradas ante un realismo desmesurado de la visión de su artista o estamos ante las primeras obras expresionistas de la historia?
BEK, Y TUTMOSES, LOS ESCULTORES DEL REY
De origen Heliopolitano, donde nació y creció ente arte y artistas, su padre, Men, casado con Roy, una mujer perteneciente a una familia muy arraigada y tradicional de Heliopolis (Iuni), Men fue el encargado de hacer las obras artísticas de Amenhotep III, padre de Akenaton. Bek heredo de su padre sus dotes artísticas, y ya desde muy temprana edad se interesó por el arte y fue perfeccionando su propio estilo aún más realista y aprovecho el posicionamiento de su padre para seguir la tradición familiar de ser el nuevo artista para el que iba a ser el futuro heredero de Amenhotep III. Tras la muerte de este, el heredero Amenhotep IV, el que más tarde se convertiría en Akenaton,, toma el poder y con el sustituye al anciano Men por su hijo Bek como el nuevo artista real.
El nuevo Akenaton decide crear una serie de cambios artísticos en sus representaciones. Bek se traslada a vivir junto a su mujer Taheret a la nueva capital, Amarna, la ciudad de Akenaton y es allí donde realiza la construcción de las grandes estatuas del templo del rey y la apertura de las canteras de piedra de Asuán y Gebel el-Silsila, material que utiliza para hacer sus magnas obras.
Pero el nuevo estilo artístico de Bek no era tan independiente y auto creativo, el propio Akenaton parece haber sido la mano guía detrás de estos cambios estilísticos ya que la religión y arte están irrevocablemente entrelazados.
El texto dedicado del maestro escultor Bek lo describió como uno a “quien su majestad mismo instruyó” como refleja claramente en su autorretrato a modo de estela posando junto a su esposa Taheret.
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Autorretrato de la estela de Bek(dcha) junto a su esposa Taheret(izda) |
Este periodo también produjo una serie de esculturas de refinamiento exquisito y de mostrar situaciones cotidianas con un sentimiento y una normalidad nunca vista hasta ahora de la familia real sin dejar de mostrar el realismo peculiar de las obras de Bek.
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Estela familiar poco usual hasta ese momento, que muestra la pareja real con sus hijas en un ambiente puramente hogareño pero combinado con sus connotaciones puramente religiosas |
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Escena de Nefertiti y Akenaton cogidos de la mano como una pareja ordinaria, recreación muy poco habitual de un representación real |
El encargado de hacer estas obras fue el artista Dyehutymose (Tutmose) reconocido artista que en su taller, encontrado en una excavación realizada en 1912, se encontró el famoso busto de Nefertiti que hoy está expuesto en el museo de Berlín.
Otra prueba del extremo realismo que se hacía uso en esa época es la estatua de una Nefertiti envejecida, representada con un vientre caído y redondeado, mostrando muslos gruesos y una línea curva en la base del abdomen que muestra que había tenido varios hijos.
En conclusión, el periodo artístico de Amarna, durante el reinado de Akenatón y Nefertiti en el antiguo Egipto, representa una fascinante ruptura con las convenciones artísticas establecidas. La experimentación audaz en formas, técnicas y temas revela una sociedad en transformación y un liderazgo que desafiaba las tradiciones arraigadas. A través de la exquisita amalgama de realismo y simbolismo, el arte de Amarna se erige como un testimonio visual de las creencias religiosas, la política y la cultura de la época. Este singular capítulo en la historia del arte egipcio nos invita a contemplar la capacidad de la creatividad para reflejar y dar forma a la identidad de una civilización en constante evolución.
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