LINCOLN Y AKENATON, UN LEGADO CODIFICADO

 LEGADO MILENARIO 

Las coincidencias a las que me refiero entre ambos personajes no son políticas, aunque se podrían encontrar similitudes, pero eso sería demasiado sencillo y no tan ocurrente, ya que similitudes políticas entre personajes históricos de diferentes épocas hay miles de casos coincidentes. El parecido político entre Akenatón y Abraham Lincoln podría ser, por ejemplo, en que ambos terminaron siendo víctimas de un poder que no compartían el agrado de sus ideas, pero esta comparativa sería demasiado previsible y sencilla y he decidido rizar el rizo y buscar otra similitud más rebuscada hasta encontrar un parentesco genético entre ambos, concretamente el gen FBN1. Este gen codifica la proteína fibrilina-1 que esta juega un papel importante en la estructura y función de los tejidos conectivos, como los vasos sanguíneos, los huesos, los ligamentos y la piel. Hablando más claramente, me refiero a que ambos supuestamente sufrieron del síndrome de Marfan. Dolencia que deja unos rasgos muy característicos a los que lo padecen. 



Los dos eran de estatura alta, Las personas con síndrome de Marfan suelen ser más altas de lo normal debido a una mayor longitud de los huesos largos. 

Ambos tenían extremidades largas y delgadas, lo que se conoce como aranodactilia. 

De ambos desconocemos si tenían las articulaciones más flexibles de lo normal, lo que puede dar lugar a hiperextensibilidad y predisponer a los individuos a sufrir de luxaciones y escoliosis. 

Las personas con síndrome de Marfan pueden tener miopía (visión corta) y pueden presentar subluxación del cristalino, lo que puede provocar una visión borrosa. Como cierto solo lo sabemos de Lincoln. 

La dilatación de la aorta es una complicación común del síndrome de Marfan y puede conducir a problemas cardíacos graves, como disección aórtica o insuficiencia valvular. De ambos sabemos que su estado de salud era débil. 

Algunas características faciales típicas incluyen una cara estrecha, mandíbula prominente, labios carnosos y paladar alto y arqueado. Características que saltan a la vista en los dos casos. 

Para los médicos, puede ser difícil diagnosticar el síndrome de Marfan, ya que muchos trastornos del tejido conjuntivo presentan signos y síntomas similares. Incluso entre los miembros de la misma familia, los signos y síntomas del síndrome de Marfan varían ampliamente, tanto en lo que respecta a las características como en lo que respecta a la gravedad. 

Deben estar presentes ciertas combinaciones de los síntomas y de los antecedentes familiares para confirmar el diagnóstico del síndrome de Marfan. En algunos casos, una persona puede tener ciertas características del síndrome, pero no las suficientes para diagnosticar el trastorno. Actualmente las pruebas genéticas a menudo se usan para confirmar el diagnóstico, si se encuentra una mutación, se puede examinar a los miembros de la familia para determinar si también están afectados. Se desconoce si hubo precedentes familiares en ambos casos. 

De ambos se sospechan en la actualidad que padecían este síndrome, y de los dos también se siguen cuestionando su dolencia. Hay que tener en cuenta que ambos vivieron fuera de destiempo, es decir, vivieron antes de que se conociera la existencia de este síndrome, ya que el pediatra que puso nombre a esta dolencia, Antoine Marfan, presento su tesis a la ciencia en 1897 d.C, Abraham Lincoln murió en el año 1856 d.C, dejando la sombra de la duda a lo que respecta a su dolencia.  

Tan solo me queda añadir que este post os sea tan agradable como lo ha sido para mí hacerlo, tanto, que incluso me despertó una sonrisa. Evidentemente no busco ningún rigor más que el casual y hacer oportuna una coincidencia que aún se debate en ambos casos. 

En la fotografía monte el cuerpo real de un paciente con el síndrome de Marfan con el de Akenatón para crear una comparativa, que incluso esta puede ser discutible, aunque algo de semblanza no le falta. 




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