FUENTE TEOLOGICA HELIOPOLITANA

 

Heliopolitana: Relacionada con la ciudad de Heliópolis (Iunu), donde se veneraba a Atum, el dios creador. La cosmogonía heliopolitana involucraba a Atum y a sus descendientes, como Shu y Tefnut, quienes dieron origen al resto de los dioses.  

Lugar Principal: Heliópolis (Iunu) Heliópolis, ubicada en el Bajo Egipto, fue el epicentro de la Teología Heliopolitana. Esta ciudad se destacaba como un importante centro cultural y religioso donde se llevaban a cabo rituales y cultos relacionados con la adoración de Atum y sus descendientes.


 

Deidad Central: Atum, el dios creador Atum ocupa un lugar central en la Teología Heliopolitana como el dios primordial y creador. Según la narrativa cosmológica, Atum se autoengendró, realizando un acto de autogeneración que lo llevó a crear tanto a sí mismo como al mundo que lo rodea. Su importancia radica en ser el principio activo de la creación en esta tradición teológica.   

NARRATIVA COSMOLÓGICA: 

La colina primordial (Benben):

El Benben, asociado con la cosmogonía de Heliópolis, era la montaña primordial que emergió del Nun, un lugar caótico, oscuro y acuoso que no tenia la capacidad de actuar y de crear de forma propia. De las gotas  del semen de Atum al masturbarse que caen sobre el océano primordial este se solidifica conteniendo el espíritu del dios. En los Textos de las Pirámides, Atum se describe como una "colina" que se transformó en una pequeña pirámide en Annu, su lugar de residencia.

Recreación de la montaña primigenia Benben



 
El Benben, posiblemente significando "el radiante", era una piedra sagrada venerada en el templo Solar de Heliópolis, donde el dios primordial se manifestaba con los primeros rayos del sol naciente. El mito del Benben está vinculado al ave Bennu, un ave mitológica que simbolizaba la creación, la renovación y estaba vinculada al sol a través de su relación con las crecidas del Nilo . La relación entre el Benben, Bennu y el sol se basa en la proyección de los rayos luminosos de este astro naciente sobre la colina primordial donde Bennu se posa.
Ave Bennu

Atum y el Autoengendramiento: 

La narrativa cósmica comienza con el acto de autoengendramiento de Atum al tomar su propio semen y escupirlo para engendrar a sus descendencia, su hijo Shu y su hija Tefnut. Este acto simboliza la capacidad creativa intrínseca del dios primordial, quien emerge de la nada para dar origen a todo lo que existe. Atum representa la fuerza generativa que impulsa el proceso de creación y se presenta como la entidad que trasciende las limitaciones normales de la creación. Su capacidad para autoengendrarse sugiere una autonomía divina, independiente de cualquier entidad externa. Este acto simboliza su autoexistencia , lo que refuerza su estatus como una fuerza primordial y autosuficiente.  

Atum no solo representa el inicio del cosmos, sino que también personifica la fuerza generativa que impulsa el proceso continuo de creación. Su autoengendramiento no es simplemente un evento pasado, sino una fuerza activa y continua que nutre la existencia y la evolución del universo. Atum es, por lo tanto, el catalizador perpetuo de la creación en la cosmogonía heliopolitana.  

Atum establece una conexión única con sus descendientes, Shu y Tefnut, y a través de ellos, con los dioses subsiguientes que completan la eneada de la mitología heliopolitana. Atum no solo es el progenitor original, sino que también sirve como el principio arquetípico que influye en la naturaleza y los atributos de las deidades que surgen de él. 


Shu y Tefnut - Aire y Humedad: 

La descendencia de Atum, Shu y Tefnut, personifica elementos fundamentales. Shu, dios del aire, simboliza la esencia vital que sustenta la vida, mientras que Tefnut, diosa de la humedad, representa la fuerza creativa que da fertilidad y sustento a la tierra. La interacción entre aire y humedad refleja la necesidad de equilibrio para la vida en la cosmogonía heliopolitana. La descendencia de Atum, Shu y Tefnut, representa una fase crucial en la creación del mundo. Cada uno de estos dioses personifica elementos esenciales y desempeña roles fundamentales en el equilibrio cósmico y la fertilidad de la tierra. 

Shu - Dios del Aire: 

Atributo: Shu personifica al dios del aire y simboliza la esencia vital que sustenta la vida. El aire es el aliento de la existencia, esencial para la respiración y la vitalidad. En la cosmogonía heliopolitana, Shu actúa como el principio activo que introduce la vida y la energía en la creación. 

Papel en la Creación: Shu, al representar el aire, establece las condiciones para la vida al proporcionar el aliento vital. Su presencia es esencial para la existencia de los seres vivos, y su papel como dios del aire conecta directamente con la noción de vitalidad y dinamismo en la cosmogonía heliopolitana 

 
Tefnut - Diosa de la Humedad: 

 

Atributo: Tefnut personifica a la diosa de la humedad y representa la fuerza creativa que da fertilidad y sustento a la tierra. La humedad es un elemento esencial para la fertilidad y el crecimiento, asociándose con la capacidad de nutrir y dar vida. 

Papel en la Creación: Tefnut, como diosa de la humedad, desempeña un papel crucial en la fertilidad del suelo y la creación de condiciones propicias para el desarrollo de la vida. Su influencia se extiende a la naturaleza creativa de las aguas, que simbolizan la fuente de la vida y la generación continua en la cosmogonía heliopolitana. 


 

Interacción entre Aire y Humedad: Equilibrio Cósmico y Necesidad de Equilibrio en la Cosmogonía Heliopolitana 

Equilibrio Cósmico: 

La interacción simbiótica entre Shu, el dios del aire, y Tefnut, la diosa de la humedad crea un equilibrio cósmico fundamental en la Teología Heliopolitana. Este equilibrio es esencial para la creación y el mantenimiento de la vida en el universo concebido por Atum. Cada uno de estos elementos, aire y humedad, aporta características únicas que, cuando se combinan, generan las condiciones ideales para el florecimiento de la existencia. 

Sinergia de Elementos: 


Shu, personificando el aire, representa la vitalidad y la esencia que sustenta la vida. Tefnut, en su calidad de diosa de la humedad, simboliza la fuerza creativa y nutritiva que fomenta la fertilidad. La combinación de estos elementos crea una sinergia cósmica donde el aire vital de Shu y la humedad nutritiva de Tefnut se entrelazan para formar un tejido interdependiente que sustenta toda la creación. 


Ciclo de Vida: 


La relación entre el aire y la humedad representa un ciclo vital continuo. El aire proporciona la esencia necesaria para la respiración y la vitalidad de los seres vivos, mientras que la humedad nutre la tierra y permite el crecimiento y la multiplicación. Este ciclo perpetuo es esencial para la renovación constante y la continuidad de la vida en la cosmogonía heliopolitana. 

 

Necesidad de Equilibrio: 

La cosmogonía heliopolitana subraya la importancia crítica de mantener un equilibrio constante entre el aire y la humedad. Este equilibrio es esencial para garantizar la armonía en el cosmos y la sostenibilidad de la creación. La necesidad de equilibrio se manifiesta en varios aspectos: 

Fertilidad de la Tierra: 

La humedad de Tefnut es vital para la fertilidad de la tierra. Su presencia asegura que la tierra sea fértil y capaz de sostener la vida vegetal y, por extensión, la vida animal y humana. Un exceso de sequedad o humedad desequilibraría este delicado sistema y afectaría la capacidad de la tierra para alimentar y sustentar la vida. 

Clima y Estabilidad: 

El equilibrio entre el aire y la humedad también afecta el clima y la estabilidad del entorno. Un exceso de aire podría llevar a condiciones áridas y secas, mientras que un exceso de humedad podría resultar en inundaciones y desastres naturales. Mantener la proporción adecuada de aire y humedad es esencial para garantizar un clima equilibrado y una estabilidad ambiental. 

Continuidad de la Creación: 

La vida en la cosmogonía heliopolitana depende intrínsecamente de la interacción equilibrada entre estos dos elementos. El desequilibrio podría tener repercusiones en la fertilidad de la tierra, el clima y, en última instancia, en la continuidad de la creación. La necesidad de equilibrio se convierte así en una garantía para la perpetuidad y la estabilidad del universo creado por Atum. Pero no todo estaba aún creado. 

Como ya se ha descrito Atum creó a Shu (dios del aire) y Tefnut (diosa de la humedad), quienes a su vez engendraron a Geb (dios de la tierra) y Nut (diosa del cielo). La separación de Geb y Nut por su padre Shu permitió la creación del espacio entre el cielo y la tierra, dando origen al mundo y a la vida. 

 

Geb: Dios de la Tierra 

Aspecto físico: Geb es representado como un hombre yacente bajo el cuerpo curvado de Nut, su hermana. Su cuerpo a menudo se muestra cubierto de vegetación o con características que simbolizan la tierra fértil. 

Fertilidad y Cosecha: Geb es considerado el responsable de la fertilidad de la tierra. Su conexión con la vegetación y los ciclos de cultivo le otorga un papel vital en la prosperidad y la abundancia de los campos. 

Asociación con lo Subterráneo: A veces, se le vincula con el inframundo y se le considera un dios de la muerte, ya que se cree que los muertos descansan en su cuerpo, la tierra. 

Padre de Deidades Importantes: Geb y Nut son padres de Osiris, Isis, Seth y Neftis, lo que los vincula directamente con algunas de las figuras más destacadas de la mitología egipcia. 


Nut: Diosa del Cielo 

Aspecto físico: Nut es representada como una mujer arqueada sobre la tierra, con su cuerpo cubriendo el mundo. A veces se la muestra con la piel azul oscuro o negra, representando el cielo nocturno. 

Ciclo Solar y Lunar: Nut está asociada con el ciclo diario y anual del sol. Se cree que el sol viaja por su cuerpo durante el día y renace de ella cada mañana. También está relacionada con la luna y las fases lunares. 

Protectora y Nutridora: Su posición arqueada sobre la tierra simboliza su papel como protectora y nutridora de todo lo que hay debajo de ella. Es vista como una entidad benévola y maternal. 

Desafío de Ra: Según la mitología, Nut fue amada por Ra, el dios del sol. Sin embargo, Ra prohibió que Nut tuviera hijos en cualquier día del año. Nut buscó la ayuda de Thot, el dios de la sabiduría, quien ideó un plan para ayudarla a tener descendencia. 

Thot, desafió a Jonsu, dios de la luna, en un partido de senet. Por cada partida ganada, Nut obtenía un poco de luz lunar. Con esa luz, Thot creó 5 días adicionales que no pertenecían ni al año viejo ni al nuevo. En esos días "epagógenos", Nut pudo finalmente dar a luz a Osiris, Isis, Seth, Neftis y Horus. La luna perdió parte de su brillo como resultado de este intercambio, pero se dice que está recuperándolo gradualmente


 


LA ENEADA SE COMPLETA 

La relación entre Geb y Nut, su separación por Shu y la historia de cómo Nut finalmente dio a luz a sus hijos a lo largo de los días del año son elementos centrales en la mitología egipcia que explican tanto aspectos de la naturaleza como cuestiones de la vida y la muerte. A pesar de esta separación física, su amor persistió. 

Geb y Nut tuvieron cuatro hijos llamados Osiris, Isis, Seth y Neftis. Estos cuatro hijos son los que completan lo que se llama la eneada Heliopolitana .  

Los hijos de Geb y Nut desempeñan roles cruciales en las intrincadas historias mitológicas del antiguo Egipto.  

Osiris, el primogénito, se convirtió en el dios de los muertos y la resurrección. Su historia destaca por su amor con Isis, su hermana, quien lo resucitó después de ser asesinado por Seth, 

Seth, dios de la tormenta y el caos, representa fuerzas opuestas a la armonía y el orden. Su conflicto con Osiris simboliza la lucha entre el bien y el mal en la mitología egipcia. Este enfrentamiento y la traición resultante son elementos fundamentales en las narrativas míticas que explican los fenómenos naturales y la dualidad en la existencia. 

Isis, conocida por su sabiduría y habilidades mágicas, desempeña un papel esencial como esposa de Osiris y madre de Horus, quien más tarde se convierte en un dios solar importante. La historia de Isis y Osiris refleja temas de amor, sacrificio y resurrección, conectándose con la fertilidad y los ciclos de la naturaleza. 

Neftis, la última de los hijos, es a menudo asociada con la muerte y el lamento. Su papel en la mitología incluye ser la protectora de los difuntos y acompañar a los muertos en su tránsito hacia el más allá. La complejidad de las relaciones entre estos dioses revela una visión detallada del panteón egipcio y su comprensión del cosmos, donde el equilibrio entre fuerzas opuestas es esencial para la estabilidad del mundo.

Deidades que completan la eneada Heliopolitana

 

En conjunto, las historias de los hijos de Geb y Nut no solo narran eventos míticos, sino que también transmiten enseñanzas sobre la importancia del orden, la justicia, el renacimiento y la inmortalidad en la cultura egipcia antigua. Estos relatos mitológicos han dejado un legado duradero, influyendo en la religión, la cosmología y las prácticas funerarias de la civilización egipcia. 

VER OTRAS FUENTES:

FUENTE TEOLOGICA HERMOPOLITANA

FUENTE TEOLOGICA MENFITA  

FUENTE TEOLOGIA TEBANA


BIBLIOGRAFIA:

       HISTORIA Heródoto ISBN 10: 8437617111 / ISBN 13: 9788437617114 

       Uno y Los Multiples: Concepciones egipcias de la divinidad (PLIEGOS DE ORIENTE) Erik Hornung

       Dioses, mitos y rituales en el antiguo Egipto Alegre, Susana 2018     

       Dioses y mitos del Antiguo Egipto, Robert A. Armour (Autor), Antonio Pérez Largacha (Traductor) 2014 

       Mitología Egipcia: Historia Magistra, Yunes Batal 2023  

       Egyptian Mythology: A Guide to the GodsGoddesses, and Traditions of Ancient Egypt, Geraldine Pinch2004  

        Historia y Mitología Egipcias – Billy Wellman, 2023  

        Mitología Egipcia: Guía de la Historia, Los Dioses y la Mitología de Egipto Tapa blanda – Peter Collins, 2023  

        The Complete Gods and Goddesses of Ancient Egypt  – Richard H. Wilkinson, 2017  

 

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