EL VIEJO ORDEN
Para entender el movimiento que se vivió durante este periodo hay que remontarse a las dinastías anteriores, las últimas del imperio antiguo, la V y VI.
Durante la quinta dinastía, los nobles y la clase media habían conseguido mas protagonismo que nunca en todos los ámbitos, tanto políticos, sociales y religiosos, dejando a esta ultima de lado y quitándole protagonismo. La decoración de tumbas ya no era exclusividad de la realeza, quien podía permitírselo decoraba sus sepulcros con datos bibliográficos e ignorando los frescos religiosos en las paredes de las tumbas reales. Ese pequeño matiz demostró que la religión no era tan importante para la sociedad como se pensaba o se había hecho creer y eso era presagio de que venían cambios.
Las expediciones extranjeras que se hicieron durante la quinta dinastía no solo trajeron riqueza al estado, la nobleza y la clase media, que iba creciendo, se aprovechó para enriquecerse y apoderarse de privilegios que hasta ahora no estaban a su alcance. Los intercambios culturales provocados también por esas expediciones, hizo variar la visión de la sociedad en general y el concepto de la religión y del absolutismo del rey dejo de ser tan notable.
Una de las reformas políticas clave que hizo cambiar el curso del momento, fue la que realizó Seneferu (IV dinastía) al crear un nuevo cargo público, el del “chaty”, que su traducción podría ser mas o menos “ el que es la voluntad del amo”. Este nuevo cargo hacia referencia a los gobernadores de los Nomos. El que ostentaba este cargo tenia control sobre los nomos de su jurisdicción ya que solo había dos representantes , El Chaty del Norte, alto Egipto y el del sur bajo Egipto. La nueva reforma trajo que cada gobernador tuviera mas independencia de elección de decisiones y sin ser necesaria pasar por la supervisión real como ocurría antes de la nueva ley.
Estatua de Seneferu |
En poco tiempo el puesto del chaty paso a ser el puesto con mas poder tras el del rey y dejando en tercer puesto al de sumo sacerdote, hecho que no agrado al clero ya que eso le hizo perder privilegios. Los primeros en ejercer las responsabilidades que luego asumieron los chaty fueron los herederos de los faraones, o miembros de la familia real, pero no necesariamente el heredero: Nefermaat, hijo de Seneferu, y de una esposa secundaria, fue nombrado por el mismo rey como chaty. Kanefer, hijo también de otra esposa secundaria de Seneferu, se convirtió en el primer chaty de su hermano Jufu, mientras que Jafra escogió a miembros de la familia de Hemiunu, chaty de Jufu e hijo de Nefermaat.
Con el paso del tiempo los chaty eran designados entre los miembros de determinadas familias, posiblemente de ascendencia real.
En los periodos Antiguo y Medio este cargo incumbía a una única persona calificada de único amigo del Rey y que controlaba la Doble Casa, administración que agrupaba el cargo de Gobernador de las Dos Tierras de Egipto. Durante el imperio Nuevo se duplicó el cargo y Egipto contaba desde entonces con dos chatys: uno para el norte (bajo Egipto) y otro para el sur (Alto Egipto), separándose las relaciones con el extranjero.
Bajo el mandato de Tutmosis I se creó el cargo de Hijo del Rey de Kush, para gobernar Nubia.
CARGOS DEL CHATY
Su deber consistía en administrar los bienes del faraón, que comprendían todos los sectores productivos del país.
Era responsable de la casa del rey, inclusive la construcción de su tumba y la organización del ceremonial funerario.
Controlaba la administración, tanto para conseguir y organizar a los obreros para las obras públicas como para los almacenes donde se guardaba la parte estatal (el equivalente a los impuestos),
Controlaba la policía y los transportes,
Era responsable de la contabilidad, función derivada de las anteriores,
Era garante de la Maat (símbolo del orden universal) y, por lo tanto, responsable máximo de la justicia y encargado de nombrar a los jueces.
Cada día entregaba al rey un informe sobre el país de las dos tierras en presencia del tesorero, otro magistrado cuya categoría en la administración del país era equivalente a la suya.
CAIDA DEL "ORDEN"
Durante el reinado de Pepy II, faraón de la dinastía VI, la situación social, económica, religiosa y política se deterioró gravemente, implicando un cambio de rumbo en el contexto general del territorio. Sus nueve décadas de gobierno entre los años 2255 y 2165 a. C. hicieron de su reinado un dinámico eje de crecientes problemáticas a lo largo de todos sus dominios. Ante todo, la dinastía y su élite gubernamental circundante fueron perdiendo poder, autoridad y credibilidad ante los ojos de sus súbditos, todo ello a causa de una notoria sucesión de circunstancias ocasionadas tanto de manera sucesiva como sincrónica.
Decreto de Pepy II |
En primer lugar, las notorias concesiones económicas de los faraones al clero y el incremento de poderío e influencia de los nomarcas y caciques locales habían ido debilitando el peso de la monarquía y sus instituciones.
En segundo lugar, los grandes recursos destinados ya por entonces de modo crónico al clero y al mundo de la muerte producirían incipientemente una situación de ruina, pues semejantes pérdidas implicaban una dilapidación de bienes masiva. Las riquezas se acumulaban en improductivos ajuares de tumbas y gastos de cultos funerarios, quedando gran parte de los recursos del país consumidos en complejos religiosos y en las estructuras funerarias.
En tercer lugar, el creciente envejecimiento del faraón provocó que quedara en evidencia ante sus súbditos en cuantiosas ocasiones, como en asuntos de política interior, fricciones contra sectores de la élite egipcia o en ritos públicos. Ello se interpretó en su momento como una grave pérdida de su divinidad, perdiendo la devoción divina del pueblo e incluso de las varias altas castas militares y religiosas.
En cuarto lugar, el Egipto del momento perdió influencia en política exterior, quedando así en una situación de relativa vulnerabilidad ante pueblos extranjeros y con una pérdida de influencia ante los territorios circundantes.
Finalmente y en quinto lugar, por aquel entonces el territorio y amplias zonas de su entorno sufrían un fuerte periodo de sequía, lo cual comportaba colateralmente una menor afluencia de aguas del Nilo y de las precipitaciones anuales, además de provocar una contundente situación de carestía y hambruna, tanto entre el pueblo situado en torno al río como entre las numerosas tribus nómadas del desierto. Tal situación obligaba a las masas a buscar nuevos medios de subsistencia más allá de las antiguas tierras fértiles del Delta (cuyas cosechas quedaron minadas), llevando ello a una pérdida demográfica y a cuantiosos movimientos migratorios. Además, el peso de semejante crisis hídrico-productiva justificaba la extensión y defensa de una idea sin precedentes; la pérdida del favor de los dioses por parte del faraón. Así pues, este conjunto de factores combinados que se dieron con el paso de los años desde medianos del reinado de Pepy II precipitaron al derrumbe de la monarquía menfita, imperando un contexto que se iría agravando con los años; la anarquía, la sequía, el hambre, la desconfianza real, la pérdida de la fe divina en el faraón y la incertidumbre religiosa se adueñaron del país, el Delta fue ocupado por cuantiosas oleadas de pueblos asiáticos y los sucesivos faraones restaron impotentes para redirigir la situación.
TESTIMONIOS Y PRUEBAS
Esta serie de acontecimientos dio paso al primer periodo intermedio o lo que es lo mismo, a la primera revolución social de la historia, que varios textos y hallazgos arqueológico nos dejaron constancia demostrando claramente lo que se vivió durante ese periodo.
LOS LAMENTOS DE IPUUR.
Poema del Antiguo Egipto preservado en 17 fragmentos de papiro; clasificado con el nombre de Papiro de Leiden También es conocido por otros nombres, como Lamentos de Ipuur, Lamentos de Ipuwer, Admoniciones de Ipuwer o Lamentaciones del sabio Ipuer.
El relato se considera histórico, muestra la caída del Imperio Antiguo de Egipto, en un lamento desesperado y narrado de forma poética y dramática inspirado por el supuesto caos del momento y añorando la llegada del viejo orden. Sin duda alguna es el texto mas explicito que se ha escrito sobre la situación anárquica que vivía Egipto durante este periodo.
DECRETOS DE COPTOS
Los Decretos de Coptos son 18 reales decretos completos o fragmentados del Antiguo Egipto que van de la Dinastía VI a la Dinastía VIII. Los primeros fueron emitidos por Pepi I y Pepi II para favorecer al clero, mientras que otros se datan en el reinado de varios faraones de las dinastías VII y VIII, y se ocupan de varios favores que concedieron a un importante oficial de Coptos llamado Shemay y a sus familiares. Los decretos reflejan la decadencia del poder de los faraones a inicios del Primer periodo intermedio de Egipto. Los decretos están inscritos en estelas de piedra caliza, durante mucho tiempo perdidos por estar puestos en un muro de ladrillo de un vestíbulo del templo de Min.
TUMBA DE ANKHIFI
Ankhifi fue un nomarca del tercer nomo del Alto Egipto, Nejen, con capital en Hieracómpolis, y su autoridad se extendía por todo el sur de Egipto, desde Elefantina hasta Tebas. Vivió a finales del primer periodo intermedio.
La autobiografía de Ankhtifi muestra que el temor a una crisis económica era endémica en el primer periodo intermedio, cuando los gobernadores locales se jactaban públicamente de su capacidad para alimentar a sus propias capitales mientras que el resto de Egipto moría de hambre. La prueba de la hambruna que afectaba al pueblo la aporta un trabajador de Gebtu, supervisor de los sacerdotes, que refiere que él estaba en la puerta de su excelencia Djefy, el supervisor de los sacerdotes, entregando grano a todos los habitantes de la ciudad para ayudar en los dolorosos años del hambre.
Detalle de la tumba de Ankhifi, mostrando una escena de pesca |
EL CAMPESINO ELOCUENTE
Es una obra literaria escrita durante el primer periodo intermedio o al principio del Imperio Medio. Cuenta la historia de Inpu, un campesino del Oasis de la Sal a quien roban su caravana cuando se dirige al mercado de Henen-nesut para cambiar sus productos por otras mercancías. El campesino acude ante el intendente Rensi para exponer el caso, y en su discurso lanza acusaciones a la corrupción que en esa época reina en Egipto. Rensi decide alargar lo más posible la resolución del caso para escribir todo lo que dice el campesino y trasladárselo al faraón Neferkauhor, para lo que aloja y mantiene a Inpu. La historia acaba con la justicia impartida por Rensi en nombre del faraón: le devuelve al campesino los bienes robados y el ladrón, Dyehutynajt, es obligado a servirle como esclavo.
LAS INSTRUCCIONES A MERYKARA
Texto que ha llegado hasta nosotros en tres manuscritos escritos de forma anónima durante la dinastía X.
La obra se encuentra dentro del género sapiencial y que consiste en los consejos que le da el rey a su hijo y futuro heredero constituyendo un verdadero testamento real. El fragmento tan solo conserva el nombre de su hijo, Merykara mientras que el nombre del padre, posiblemente el rey Keti VII, faraón de la X dinastía, se ha tenido que deducir del cartucho y de dos restos de signos jeroglíficos verticales visibles al final del nombre del rey.
Su importancia radica en ser uno de los documentos que han hecho posible conocer la evolución histórica del primer periodo intermedio.
CONSECUENCIAS:
La huella que dejó el primer periodo intermedio no pudo ser más profunda y su sombra fue tan alargada que volvió a repetirse en dos ocasiones más durante la historia del antiguo Egipto. Las consecuencias afectaron a todos los sectores tanto en lo político y económico, religioso, social e incluso artístico.
Como ya se ha visto el primer periodo intermedio fue una etapa de decadencia política y social en que Egipto se dividió en varios reinos independientes y hubo una disminución en la cohesión y el poder central del Estado, cosa que provoco la vulnerabilidad de este y su poder se vio frágil desde la restauración del viejo orden a mitad de la dinastía XI.
El gran poder divino que disponía la imagen real ya no era tan creíble como fue en el periodo antiguo, ese don no solo se tenia que conseguir sino que además se tenía que hacer creíble y convencer a una sociedad y a un sistema que ya se cuestionaba cualquier decisión política. La clase política y sobre todo la realeza se hizo mas cercana a la sociedad y eso provoco que esta perdiera autoritarismo y las maniobras arrogantes y totalitarias que se disponían en dinastías anteriores se convirtieron en normativas populares y en maniobras que tenían que conseguir agrado y bienestar.
Resumidamente, tras este periodo, la política se convirtió en una herramienta más del sistema igual de frágil que las demás, si no convencía podría ser derrocada y cambiada sin ningún miramiento y con consecuencias nefastas.
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