LAS TRIADAS DE MENKAURA, LA GRAN OBRA DEL ARTE EGIPCIO

 OBRA MAGNA

En 1910 el egiptólogo norteamericano, George Andrew Reisner bajo la supervisión de la universidad de Boston, descubrió en Giza lo que iba a ser unas de las obras mas impresionante del arte egipcio, las triadas de Menkaura.  

Encontró en pocos metros cuatro ejemplares distintos hechos de diorita y de un tamaños de unos 96 cm de alto, aunque se podría decir que fueron cinco las piezas, pero una fue hallada en bastante mal estado. 

Entre algunas las diferencias no parecen muy notables a simple vista, pero su significado si es bastante diferente. Las tres primeras que describiré están expuestas en el museo de el Cairo mientras las otras dos están en le museo de antigüedades de Boston. 

La primera, muestra al rey en el centro adelantando su pie izquierdo, a su derecha, muestra la representación de la diosa Hathor también mostrando su pie izquierdo ligeramente adelantado. Al lado izquierdo del rey esta la diosa Bat, mostrándose curiosamente con los pies juntos y con un tocado representativo del nomo VII del alto Egipto con capital en Hut Sejem (Diospolis parva) 


La segunda de la serie la diferencia está en el tocado de Bat, que nos muestra la simbología de un chacal del nomo XVII de Saka (Cinopolis) 



La tercera es la que mas diferencias tiene comparado con las dos anteriores, la diosa Bat es substituida por un ser de menor estatura, tal vez un niño, que representa el nomo IV de Uaset (Tebas) 



La cuarta figura rompe la serie, quien centra la atención de la escena es la diosa Hathor sentada en la parte central, mostrando una escala mayor que la del rey y abrazándolo con actitud protectora, el rey esta ligeramente atrasado a la diosa y en su mano porta la maza símbolo de poder, al lado derecho de Hathor esta la representación de lo que era el nomo XV con capital en Jemenu (Hermopolis magna) 



Por desgracia, la última triada nos ha llegado completamente fracturada y difícil de especular su representación. 



Como puede verse en todas sus obras, su parte artística y estética son inmejorables, las proporciones son perfectas y muestran una inmortalidad dándole una solidez para que se puedan completar durante miles de años para que no se deteriore. Tanto sus vestimentas como sus figuras muestran una elaborada técnica artística donde reina el buen gusto y sin duda alguna las hace unas piezas de la más notable calidad. 

La importancia de tal obra no solo se debe a su indiscutible belleza sino porque es la máxima representación del cumplimiento de las normas estéticas y artísticas. 

El jerarquismo es una característica distintiva de la escultura egipcia. esto se manifiesta en la rigidez con la que se representan los personajes. Las figuras aparecen en una postura frontal y erguida, con las piernas juntas y los brazos pegados al cuerpo. Esta postura refleja la creencia egipcia en la permanencia y estabilidad de la figura real. Menkaura, el faraón, se muestra en casi todas las representaciones en una posición central y dominante, mientras que las figuras acompañantes le muestran respeto y sujeción al sostener su brazo. Este jerarquismo subraya la importancia del faraón como líder y gobernante supremo. 

La ley de frontalidad también se cumple rigurosamente en estas obras de manera rigurosa.  La ley de frontalidad es una regla fundamental en la escultura egipcia, que dicta que las figuras deben ser representadas de manera que se les pueda contemplar preferentemente de frente. Aunque esta escultura es un altorrelieve, lo que significa que las figuras están esculpidas en un fondo, la orientación frontal sigue siendo evidente. Esta técnica tenía un propósito ritual y simbólico, ya que se creía que permitía que el faraón y sus súbditos se comunicaran directamente con los dioses a través de las estatuas. 

El canon egipcio de proporciones se cumple en estas obras de maneara muy notable. En este caso, el canon establece que una figura humana debería medir 18 "puños" de alto que en este caso se distribuyen de manera específica:  

dos para el rostro, diez desde los hombros hasta la altura de las rodillas, y los seis restantes para las piernas y los pies. Este enfoque en las proporciones armónicas tenía como objetivo representar la belleza y la perfección en la figura humana. A través de la aplicación de este canon, las figuras muestran una simetría y equilibrio estéticamente agradables. 

Todas estas características no solo eran estilísticas, sino que también tenían un significado religioso y cultural profundo en la sociedad egipcia, ya que se asociaban con la permanencia y la conexión con lo divino.  

Sin duda alguna las triadas de Menkaura es una de las obras más perfectas del arte egipcio 

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