El arte egipcio es famoso por su idealización, sobre todo en las representaciones de los faraones, que eran mostrados como seres divinos y eternos, alejados de las imperfecciones humanas. Sin embargo, también hubo momentos en los que el realismo se abrió paso, especialmente en el reino medio, durante la época de Amarna y en las representaciones de figuras no reales. El arte egipcio, por tanto, contiene una compleja mezcla de idealismo simbólico y realismo naturalista, cada uno reflejando diferentes aspectos de los contextos políticos y culturales de cada época. 👀LAS PROPORCIONES DEL ARTE EN EL ANTIGUO EGIPTO
La mención de Takushit como hija de Akanuasa sitúa su contexto en una época crítica de la historia egipcia, el reinado de la dinastía XXV, conocida también como la dinastía kushita y en particular durante el gobierno del rey Pianjy, un gobernante nubio que unificó Egipto bajo su control.
Contexto histórico de la dinastía XXV
La dinastía fue iniciada por gobernantes nubios que vieron una oportunidad de expandir su influencia hacia Egipto, un territorio históricamente poderoso pero que, en ese momento, estaba dividido en pequeños reinos debilitados. Pianjy fue uno de los líderes más destacados, al invadir y unificar Egipto, reafirmando las antiguas tradiciones egipcias y promoviendo un renacimiento cultural.👀GEOPOLITICA EN EL ANTIGUO EGIPTO 👀ETNIAS DE EGIPTO
Pianjy
Pianjy (también conocido como Piye) fue un faraón que conquistó Egipto desde Nubia, promoviendo un orden político y religioso que le permitió reunir el Alto y Bajo Egipto bajo una misma autoridad. A través de campañas militares y diplomacia, impuso su influencia sobre los príncipes egipcios locales. Aunque muchos de los detalles específicos de los príncipes subordinados a Pianjy son difíciles de rastrear, la figura de Akanuasa podría representar uno de los gobernantes regionales o líderes que le prestaron lealtad en sus campañas de unificación.
Akanuasa
Aunque no se tienen registros detallados de todos los gobernantes locales, Akanuasa probablemente fue uno de los líderes o gobernantes regionales de una ciudad-estado o de un nomo (provincia) que Pianjy absorbió en su camino hacia el control de Egipto. Como tal, Akanuasa habría tenido suficiente poder local para ser una figura importante en el proceso de conquista, ya fuera aliarse voluntariamente con Pianjy o ser forzado a rendirse ante él.
Takushit, hija de Akanuasa
La relación familiar entre Takushit y Akanuasa sugiere una herencia noble y potencialmente un papel religioso o político en la corte de Pianjy, ya que muchas mujeres de la dinastía kushita (como Amenirdis I y Shepenupet II) ocuparon posiciones de influencia, especialmente en instituciones religiosas. Las hijas y esposas de los gobernantes a menudo tenían un papel de sacerdotisas o "Esposas del Dios Amón", una posición de gran poder e influencia en Egipto.
La influencia nubia en las mujeres nobles y religiosas
Si Takushit pertenecía a una línea noble o incluso real a través de su padre Akanuasa, su rol probablemente iba más allá de lo ceremonial. En la tradición nubia, las mujeres tenían una influencia considerable y eran vistas como figuras casi sagradas en el ámbito de la política y la religión. En Egipto, las mujeres de la dinastía kushita ocuparon cargos destacados en el culto a Amón, en particular a través del título de "Divina Adoratriz de Amón". Es posible que Takushit, debido a su posición, haya sido educada y preparada para desempeñar un rol de importancia en las esferas religiosa o política.
El legado de Takushit en la dinastía XXV
Aunque no hay registros específicos que documenten la vida de Takushit, su probable posición como hija de un líder bajo el reinado de Pianjy sugiere que su vida estuvo influenciada por los ideales de restauración y respeto por la tradición egipcia que caracterizaron a la dinastía kushita. En muchos casos, las mujeres nobles participaron en proyectos de construcción o en la promoción de la cultura y la religión, roles que pudieron haber sido importantes en la vida de Takushit si su padre gozaban de un nivel de influencia en la corte de Pianjy
La obra
Se le muestra caminando y mostrando con todo detalle su figura corporal bajo una fina tela cubierta de
motivos grabados con oraciones y dedicaciones dirigidas los dioses
Estatua hueca de 69 cm de altura, hecha de cobre con incrustaciones de electrum (mezcla de oro y plata) y marfil que se emplearon para las cuencas oculares, cejas y uñas de los pies. Su brazo izquierdo doblado parece indicar que sostenía un cetro mientras que en su mano derecha, posiblemente lo hacía un sistro, instrumento característico del sacerdocio.
El uso de su estatua era puramente ceremonial, al ser sacerdotisa, ya que es lo poco que sabemos de ella, realizaba oraciones y rituales como muestran sus gravados del cuerpo. Tras su muerte la figura fue expuesta en su tumba donde fue encontrada en 1880 al sur de Alejandría y exhibida actualmente en el museo arqueológico de Atenas.
El arte egipcio es conocido por su estilo conservador y simbólico, que durante la mayor parte de su historia fue altamente idealizado. Sin embargo, también encontramos ejemplos de realismo, sobre todo en ciertos períodos específicos y en representaciones de personajes no pertenecientes a la realeza.👀LA ESCULTURA EN EL ANTIGUO EGIPTO
Los grabados
Como hemos dicho antes, su vestido ceñido destaca sus formas, el contorno elegante de su pecho, la curva sutil de sus caderas, el suave hundimiento de su ombligo y la firmeza de sus muslos... Sin embargo, el escultor fue más allá, realizando un auténtico trabajo de “orfebrería”, adornándolo con inscripciones jeroglíficas, símbolos sagrados, escenas religiosas y referencias a deidades, creando así una especie de "bordado" con brillos cálidos. Según detalla el Museo de Atenas, “la prenda, larga y semitransparente, está completamente decorada con grabados detallados e hilos de metales preciosos”.
En el libro "Gifts for the Gods", Marsha Hill y Deborah Schorsch analizan la composición de esta pieza de la siguiente manera: las incrustaciones decorativas se organizan en cinco zonas: la parte superior del torso y cuatro amplias franjas horizontales. Estas zonas están delimitadas por cuatro bandas más estrechas, ubicadas alrededor de la cintura, las caderas, los muslos y las rodillas. Las bandas estrechas presentan inscripciones jeroglíficas que se leen en direcciones opuestas desde el centro, a excepción de la banda inferior, que rodea la figura de izquierda a derecha. La inscripción principal es una fórmula de ofrenda (hetep-dinesut) en honor a la princesa y sacerdotisa waab Takushit, hija de Akanuasa, gran líder de su pueblo, dedicada a varias deidades específicas. La mesa de ofrendas grabada en la pierna frontal de la figura indica que esta dedicación se extiende a todas las deidades representadas en la obra.
En un análisis adicional, Hill y Schorsch concluyen que las inscripciones describen a Takushit como un “Osiris” o una justiciera del mas allá, títulos reservados a los difuntos venerados. Esto sugiere que la estatua tenía una función dual, un uso ceremonial en vida de ella, como objeto ritual en su santuario, y un propósito funerario tras su fallecimiento, como parte de su culto en el templo.
Sin duda esta maravillosa obra es una prueba de su realismo durante el final del tercer periodo intermedio y una prueba más de la grandiosa belleza del arte egipcio
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