LA MEJOR PIRAMIDE DE EGIPTO

PIRAMIDE XLVI, SAK S6. 

En Egipto hay más de 100 pirámides mayoritariamente concentradas en la gran necrópolis de Saqqara, que preside el lugar la pirámide escalonada de Zoser. de la III dinastía además de otros reyes que fueron allí enterrados con sus respectivas pirámides como fueron los reyes Userkaf, Teti o Unis entre muchos otros. Pero no hablare de ninguno de ellos, sino todo lo contrario citare a un rey desconocido que tiene su propia pirámide, o mejor dicho su proyecto ya que ni llego a serlo. 

Tal pirámide está en la zona sur del enorme recinto, casi como perdida, siendo la más alejada de todas las encontradas en la necrópolis, cercana a de la de Khendjer rey de la XIII dinastía. 

Esta anónima pirámide me ha creado siempre fascinación desde que la descubrí, No por su estructura externa, ya que poco hay de ella, si no por su entramado interno tan complejo como bien conservado. 

Tal pirámide es conocida como la XLVI, SAK S6, tal como la clasifico Richard Lepsius. Ubicada al suroeste de la pirámide de Khendjer,  a poca distancia de esta. Pese a que Lepsius la descubrió en 1893, apenas fue estudiada y solo clasificada y enumerada.  



Tanto la pirámide de Khendjer como la XLVI fueron excavadas y estudiadas por el egiptólogo suizo Gustave Jéquier el cual publico sus estudios „Deux Pyramides Du Moyen Empire‟ en 1933. Jéquier diría de la anónima XLVI; “... dos Meses de excavaciones (diciembre de 1929 y enero de 1930) fueron suficientes para explorar un monumento que no fue ni ocupado ni siquiera terminado.” con estas declaraciones quedó claro que las preferencias de investigación se enfocaron más en la pirámide de Khendjer y su interés y dedicación a la XLVI fue más una obligación que un deseo 

la publicación de Jéquier muestra las ubicaciones relativas de los dos pirámides y diferencias de tamaño. La base de la pirámide de Khendjer mide 52 x52 m y tiene una pirámide satélite, la cual no se sabe a quién pertenece, de 25,5 x 25,5 m. El tamaño de la XLVI , según mediciones, su base podría medir 78,6 x 78,6 m y llegar a medir unos 95m de altura siendo la más alta de la necrópolis de Saqara, si esta se hubiese realizado. 

La pirámide misma, como tantas del Reino Medio tenían un núcleo de ladrillo construido sobre una plataforma, que a su vez estaba rodeado por una zanja de cimentación, que contenía los bloques para tal fin. Por el tamaño de la plataforma, Jéquier simplemente afirma que tiene la forma de un cuadrado perfecto de 80m de lado: nos dice que esta nivelada por el terreno natural y cubiertas las depresiones de este, con desechos de piedra blanca. El tamaño de la pirámide no se conoce con certeza; la zanja de cimentación que rodea la plataforma tiene unos 5,5 m de ancho y 1,80m de profundidad; sumando las dimensiones de la zanja a la plataforma de 80m, da una distancia a la pared exterior de la zanja a unos 91 m. Claramente, si se instaló alguna carcasa, su base estará ubicada en algún lugar dentro de la zanja de cimentación, y posiblemente contra este revestimiento un fino pavimento de ancho desconocido se colocaría alrededor de la pirámide. Una posibilidad es una pirámide de 170 codos de lado, con un pavimento de 2 codos de ancho (170 +2+2= 174 codos o 91m) a la pared exterior de la trinchera: si dicha pirámide tuviera el mismo Seked  que la de Khendjer entonces la altura sería de 119 codos o lo que es lo mismo 55 m. Esto solo puede ser una conjetura, y tal vez la menos probable ya que los lados de la base de la pirámide desconocida son más largos y teniendo en cuenta su grado de inclinación con la que disponía, que era entre 50 o 53 grados, eso nos lleva a confirmar de nuevo que su altura sería más cercana a los 90 metros de altura. 





Si su estructura apenas está realizada, la subestructura parece, a todos los efectos. haber sido terminada, aunque los albañiles no fueron muy cuidadosos en el alisado de las paredes de las abundantes cámaras que tiene el entramado interior. Gustave Jéquier describe asombrado la subestructura como; “..una de las muestras más notables de la arquitectura del Reino Medio que nos ha sobrevivido […] la ejecución es perfecta… incluso las tumbas de los últimos grandes reyes de la dinastía XII no son comparables a la de este representante desconocido que vivo en uno de los períodos más convulsos de la historia de Egipto. 

Como ya dije la admiración por esta pirámide no se encuentra en su exterior sino en la subestructura que está bajo ella. Aquí tenemos una de las subestructuras más sorprendentes que se pueden encontrar. No hay ninguna parecida.  

HIPOGEO 

El subsuelo subraya su grandeza y sofisticación, emergiendo como la cúspide de la planificación arquitectónica en las etapas finales de las dinastías XII y XIII. Se destaca como un magno ejemplo de intrincada construcción y diseño ingenioso, sobrepasando en tamaño y complejidad a todas las pirámides contemporáneas. 

El pasaje intrincado y sinuoso, un prodigio de la ingeniería, lleva a una constante asombrosa con sus cambios de dirección y niveles variables. Este pasadizo, en un acto de ingenio arquitectónico, no sigue un camino lineal, sino que se retuerce y gira, conduciendo a una inmersión en la complejidad intrínseca de su diseño. Aquí, en la profundidad de la estructura, se planeó la instalación de cuatro sistemas de rastrillos, una característica única en el contexto de las pirámides de esa época. 

Este concepto innovador de cuatro rastrillos resalta la ambición detrás de la pirámide, donde otras contemporáneas optaron por menos. Esta pirámide se atrevió a desafiar las convenciones y elevar la apuesta. Este proyecto audaz pretendía no solo garantizar la seguridad y protección del monumento, sino también establecer un nuevo estándar de ingeniería en la construcción  

Este hipogeo, con su red enrevesada de pasajes y cámaras, lleva consigo el eco de los antiguos arquitectos que lucharon por plasmar su visión en la piedra. Cada giro del pasadizo es un testimonio de la habilidad y dedicación de los constructores que llevaron a cabo este ambicioso proyecto. No es solo una estructura subterránea; es un laberinto de logros arquitectónicos que se entrelazan en un tapiz de diseño y creatividad. 

RECORRIDO:

La entrada se encontró obstruida por dos piramidiones de granito, estos descansaban sobre un lecho de escombros de 10 cm de altura. Su base era de 1,68m y un segundo de 1,58 m de base y una altura de 92 cm lo que da un ángulo de poco menos de 50 grados, si este estaba destinado a culminar la pirámide esta tendría una altura de apenas 50 metros.





La puerta de entrada se abre en el flanco oriental. Una extensa escalinata, hábilmente tallada en la roca, desciende por un espacio que fue destinado a albergar el primer dispositivo de seguridad, conocido como rastrillo, sistema de cierre de pasillos mediante bloques de piedra. A medida que avanzamos, el pasaje, curva hacia la izquierda y luego se enrosca en una dirección opuesta, ofreciendo una experiencia laberíntica. 



Justo en este punto de cambio, surge un conjunto de opciones en el lado derecho del pasillo. El primero de estos pasajes despliega un largo corredor de almacenamiento, diseñado con la idea de preservar bienes o quizás secretos vinculados a la pirámide. El segundo pasaje, en cambio, adopta la forma de una escalera que continúa su descenso y gira hacia la izquierda, orientándose una vez más hacia el oeste. Este itinerario subterráneo persiste, atravesando el segundo y tercer rastrillos con la peculiaridad de cambios de nivel fluidos, evitando el uso de escalones. 





Finalmente, el pasadizo desemboca en un punto culminante: un cruce que canaliza hacia las dos cámaras del sarcófago. La primera de estas cámaras, grandiosa y majestuosa, se encuentra directamente en nuestra línea de visión hacia el oeste. En esta cámara principal reposa un sarcófago que parece ansioso por compartir sus secretos del pasado. Justo al lado, hacia el norte, se abre la segunda cámara del sarcófago, de dimensiones más modestas, pero igualmente evocadora. Juntas, estas cámaras encapsulan la historia y el propósito de esta monumental estructura.



En conjunto, este recorrido laberíntico a través del pasadizo subterráneo refleja la intrincada mente de los constructores que dieron vida a esta pirámide. Cada giro, cada cambio de nivel, fue meticulosamente diseñado y tallado en la piedra, creando un viaje visual y espacial único. La disposición de las cámaras finales agrega un elemento de misterio y revelación, donde la grandeza y la modestia convergen en un abrazo silencioso, dejando a los visitantes modernos y a los arqueólogos intrigados por descubrir el legado perdurable de este antiguo monumento. 

LAS CAMARAS: 

La cámara principal del sarcófago, con su techo ingeniosamente esculpido en forma de V invertida, emerge justo en el punto focal del pasillo de bifurcación, orientada hacia el oeste. Es un espacio de magnificencia, eclipsando con su grandeza a su contraparte. En esta cámara, la supremacía se materializa en un monolito de cuarcita que ostenta una imponente masa de 150 toneladas.  


Gustave Jéquier diría; “Después de cruzar un último muro de piedra caliza (este sería el de la pared oeste), uno finalmente emerge en la habitación donde está empotrada la cámara funeraria, 
un colosal monolito de cuarcita cuyo peso debe superar las 150 toneladas. El bloque cuadrangular está ahuecado para formar una auténtica cámara de paredes gruesas; en la masa se reservaba el sarcófago dispuesto transversalmente al igual que el cofre canopo erigida al lado de su pie.” 
A modo de comparación, la cámara funeraria estaba cubierta por tres grandes piedras; dos de 
estas estaban fijados permanentemente a la cámara, mientras que la tercera habría sido 
sostenido por puntales de cuarcita, enganchados a los areneros. La tapa parece nunca 
han sido rebajados y descansan sobre cuatro pilares de mampostería; aunque siguen teniendo las cajas de arena ya que se han bajado los puntales de cuarcita. La mampostería que 
rodea la cámara principal junto con las vigas del techo reprimidas que son de piedra caliza; 
sin embargo, las paredes norte y sur en los extremos inmediatos de la tapa han sido 
hecho de granito. Sobre las vigas revestidas se ha creado un arco de ladrillo. 

El acceso a la segunda cámara del sarcófago, de dimensiones más modestas, se encuentra en el flanco norte del pasillo de bifurcación, con su diseño fragmentado en dos partes distintas. La misión de esta cámara permanece envuelta en misterio, con múltiples posibilidades que flotan en la especulación histórica. Tal vez fue concebida como el lugar de descanso eterno para una reina consorte o el "ka" del rey, un compañero monarca co-gobernante, o quizás fue una artimaña destinada a desconcertar a saqueadores de tumbas en forma de una falsa cámara funeraria.  

Un toque distintivo y enigmático radica en el diseño de esta segunda cámara. Dividida en dos partes por un cuarto rastrillo, aún sin sellar, esta disposición intriga a los observadores modernos. Un giro aún más desconcertante está presente en la inversión del orden tradicional, con la "antecámara" siendo eclipsada por la bóveda-sarcófago en términos de secuencia de entrada. Este diseño enigmático desafía la convención y carece de explicación directa. Quizás este diseño no convencional es un reflejo de misteriosos aspectos religiosos o tradicionales que se nos escapan en la actualidad.  En su totalidad, esta disposición intrincada y peculiar de las cámaras del sarcófago añade una capa adicional de enigma a la narrativa de la pirámide, reforzando su posición como un testigo silencioso de la antigua ingeniería y su legado cultural. 

SELLADO DE LOS RASTRILLOS: 

Si ya el aspecto de la subestructura parece sacado de un plato de cine, el sellado de las cámaras es aún más espectacular. 

Sobre el imponente monolito de cuarcita de la cámara, se alzan las grandes losas que, con un cuidado meticuloso, fueron descendidas hacia su posición final, desplazando la arena circundante. Un espectáculo monumental que testimonia la destreza y la dedicación de los antiguos constructores. Este acto de encaje y ensamblaje, donde las grandes losas fueron colocadas con precisión sobre el monolito de cuarcita, no solo es una hazaña de ingeniería, sino un tributo a la búsqueda de la eternidad. El temple y la habilidad que esto requería muestran cómo los antiguos egipcios canalizaron su fervor religioso y sus habilidades técnicas en la creación de un espacio que trasciende los límites del tiempo y la comprensión. 

La letra "A" indica los areneros que bloqueaban la tapa, una vez que se iban vaciando la gran losa iba bajando hasta quedar herméticamente cerrada

Está claro que una complejo e intrincado hipogeo fue creado para evitar los saqueos Los cambiantes de dirección y niveles en un elaborado laberinto subterráneo. Cada giro, cada escalón, se convierte en un obstáculo destinado a confundir a los intrusos y disuadirlos de su impía búsqueda. Pese a eso la tumba fue saqueada a través de túneles que el mismo Gustave Jéquier aprovechó para acceder a la galería.  

ATRIBUCION DE LA TUMBA: 

Antes de profundizar sobre la atribución de esta pirámide vale recalcar que hablamos de unos momentos inciertos como fue el final del reino medio y el principio del segundo periodo intermedio, es decir, dinastía XIII coetánea de la XIV y XV, cuando el poder estaba fragmentado y se había perdido el centralismo y muchos nombres de los que se barajan son inciertos y dudosos  

El complejo revela similitudes con otros monumentos de la época, como la pirámide de Khendjer, la pirámide del norte de Mazghuna, tumba real egipcia que fue construida en Dashur durante la XII o XIII dinastía a la cual también se desconoce su atribución, e incluso semblante con la pirámide, también edificada en Dashur, de Ameny Qemau rey de la dinastía XIII. Aunque las pistas no revelan directamente al propietario, etiquetas de construcción relacionadas con los años de reinado 3 a 5 han sido halladas en el complejo. Además, un fragmento inscrito dentro de la pirámide menciona "Weserkha...", sugiriendo la posibilidad de que Horus Dorado Weserkhau, su nombre fuera Sekhemre Sementawy Djehuty un discutido monarca que debió gobernar en algún momento de forma local ya que su nombre lleva la aportación de Djehuti, nombre que usaban los egipcios para referirse  al dios Thoth , al nomo XV del bajo Egipto. De él sabemos que gobernó apenas tres años durante el mandato de Sebekhotep VIII, gobernante de la XIII dinastía, pero esta teoría tiene poca solidez ya que estamos hablando posiblemente de un nomarca lo que representa un status social inferior al de un rey que solo este se podría permitir realizar una tumba de estas características. (ver lista de reyes)


Según Gustave Jéquier, la tumba podía pertenecer al rey Wegaf, de la XII dinastía que su mandato apenas duro tres años y poco más sabemos de el, incluso se discute si su nombre era el mismo que el de Khutawyre Wegaf que aparece en la lista real de Turín como el primer rey de dicha dinastía. Jéquier también barajó la posibilidad de que tal pirámide podía pertenecer al rey Imyremeshaw, rey de la XIII dinastía que aparece también en el canon real de Turín que reino durante unos diez años, del que nos dejó dos colosos de su figura y una cuenta con su nombre que se desconoce su origen. 

Otra teoria que se llevo a cargo y que cabe destacar, es la de que las dos cámaras del sarcófago podrían haber pertenecido a hermanos faraones de la Dinastía XIII, como Neferhotep I y Sobekhotep IV. Sin embargo, investigaciones más recientes han señalado la posibilidad de que las tumbas S9 y S10, en Abydos estén asociadas a estos dos reyes.  

Las conjeturas sobre el propietario de este enigmático complejo continúan, aunque su grandeza y misterio indudablemente lo han convertido en un rompecabezas intrigante en el panorama de la arqueología egipcia en una etapa de la historia Egipto como fue el segundo periodo intermedio, momentos de incertidumbre y con tan poca documentación las especulaciones pueden ser varias y no pueden dejar de crecer. 

CONCLUSION 

Aquí tenemos una de las subestructuras más sorprendentes que se pueden encontrar. 
bajo cualquier pirámide, sin embargo, es francamente increíble que una estructura así no haya sido sometida a un escrutinio más moderno y estudios más detallados; parece como algo les hiciera perder el interés de esta curiosa y enigmática obra y que tanto aun nos puede enseñar y aprender de ella. 

TEXTO: Toni Munar

Bibliografía: The Southern South Saqqara Pyramid A Layman's Guide 

FotografíasImage courtesy of State Archives of Neuchátel, Fonds Jéquier (1852-1946) 



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