Siempre que hablamos de las majestuosas construcciones arquitectónicas del antiguo Egipto las asociamos injustamente con el nombre del faraón que las mando crear. Es curioso que una civilización tan prolifera arquitectónicamente y con monumentos tan colosales conozcamos tan pocos arquitectos dentro de la historia de Egipto. Los pocos que nos han llegado y no fueron eclipsados por las sombras de los faraones, la mayoría fueron reconocidos también por otros méritos y no solo por su arte arquitectónico. Los que han quedado en la sombra y en el anonimato tienen tanto merito como los que han llegado hasta nosotras.
Los arquitectos egipcios no solo eran artistas hábiles, sino también científicos y expertos en diversas disciplinas. Poseían conocimientos avanzados de ingeniería, geometría y astronomía, ciencias fundamentales para la construcción de estructuras precisas. La habilidad para trabajar con materiales como la piedra caliza y el granito, así como la capacidad para tallar relieves y esculpir detalles intrincados, requerían una destreza técnica excepcional. El proceso constructivo en el Antiguo Egipto implicaba una cuidadosa planificación y coordinación.
La arquitectura egipcia no solo cumplía funciones prácticas, sino que también estaba imbuida de simbolismo religioso y cultural. Los arquitectos eran responsables de incorporar elementos simbólicos en el diseño, su capacidad para fusionar la funcionalidad con el simbolismo añadió capas de significado a cada estructura.
El papel de los arquitectos emerge como un pilar fundamental en la construcción y preservación de la identidad cultural y religiosa de la civilización. Su habilidad para fusionar arte, ciencia y espiritualidad demuestra una maestría que va más allá de la sombra faraónica. El oficio fue muy valorado en su momento tanto social como religioso y solo algunos privilegiados pudieron escaparse de las sombras de los faraones.
ARQUITECTOS Y DIOSES.
Pese a que los arquitectos estaban bien considerados no eran típicamente deificados o considerados dioses en sí mismos. La cultura egipcia tenía una jerarquía religiosa y social bien definida, donde los faraones eran vistos como intermediarios entre los dioses y el pueblo, mientras que los arquitectos, no alcanzaban el estatus divino.
Sin embargo, algunas figuras destacadas en la historia de la arquitectura egipcia fueron reverenciadas y recordadas a lo largo del tiempo. Un ejemplo notable es Imhotep, un arquitecto, médico y alto funcionario durante el reinado del faraón Djoser en la III Dinastía. Imhotep fue tan respetado por sus habilidades que, con el tiempo, fue deificado y considerado el dios de la medicina y la sabiduría. Se le construyó un templo en Saqqara, y su estatus divino creció con el tiempo.
Aunque Imhotep es un caso único, otros arquitectos egipcios, a pesar de no ser deificados formalmente, dejaron un impacto duradero en la sociedad y la cultura de la época. Sus nombres y logros fueron inscritos en monumentos y templos, asegurando su reconocimiento a lo largo de la historia.
AMENHOTEP, HIJO DE HAPU.
Amenhotep, una figura inicialmente nacida en la ciudad de Atribis durante el Bajo Egipto, se elevó desde ser un escriba de alto rango hasta convertirse en una de las personalidades más influyentes en el Antiguo Egipto, sirviendo como chaty de Amenhotep III.
Desde su nacimiento, ligado a una familia posiblemente perteneciente a la nobleza local, Amenhotep destacó por su habilidad y potencial. Su padre, Hapu, era escriba Real y Sacerdote de Horus, mientras que su madre, Ity, ostentaba el título de Señora de la casa. Aunque la fecha exacta de su nacimiento es incierta, se estima que ocurrió a finales del reinado de Thutmose III o al comienzo del de Amenhotep II.
Amenhotep acumuló títulos a lo largo del próspero reinado de Amenhotep III, convirtiéndose en un hombre de Estado por excelencia. Estos títulos abarcaban desde roles militares y religiosos hasta funciones civiles y cortesanas. Destacó como jefe del Ejército de Menfis, Sacerdote Sem, Escriba Real, y sobre todo, como jefe de todos los trabajos del Rey, que lo consagraba como arquitecto real, un título del que se enorgullecía profundamente.
Entre sus notables obras arquitectónicas se encuentra el templo funerario de Amenhotep III en la necrópolis tebana, así como los templos de Luxor y Soleb, pilonos en Karnak, y los templos de Mut y Jonsu. También dirigió la construcción del Palacio de Malkata, un regalo del faraón a su Gran Esposa Real, la reina Tiye.
Amenhotep, hijo de Hapu, no solo se destacó por sus logros profesionales, sino también por su perfil humano. A través de numerosas estatuas, se le representa como un modesto escriba, dedicado a Amón, y compartiendo detalles sobre su lealtad y logros, incluido su 80.º cumpleaños, un hito excepcional para la época.
El sabio Amenhotep desempeñó un papel crucial como mediador en el conflicto creciente entre los sacerdotes de Amón y la familia real. Su sugerencia de asimilar a Amón a los mitos solares, formando la deidad Amón-Ra, reflejó su devoción al dios tebano.
Murió alrededor del año 31.º de Amenhotep III, a la edad de unos 81 años. Aunque se sugiere que pudo haber sido asesinado debido a las turbulencias y rivalidades que surgían en la sociedad egipcia, su legado perduró. Fue deificado durante el periodo Ptolemaico, mil años después de su muerte. Venerado junto a Imhotep, Amenhotep fue considerado un mago bondadoso, intercesor ante los dioses y poseedor de poderes curativos y protectores. Capillas dedicadas en Tebas atestiguan la reverencia hacia este arquitecto real que trascendió las fronteras de lo terrenal para ser recordado como una deidad en la imaginación popular egipcia.
OBRAS.
Templo Funerario de Amenhotep III:
Ubicación: Necrópolis Tebana.
Descripción: Amenhotep, Hijo de Hapu, es conocido por liderar la construcción del templo funerario de Amenhotep III, una obra monumental en la necrópolis tebana. Aunque gran parte de este templo se ha perdido a lo largo de los milenios, los Colosos de Memnón, enormes estatuas que representan al faraón, aún permanecen, aunque en un estado de conservación deficiente. Este templo fue una empresa ambiciosa, marcando la habilidad arquitectónica y la visión de Amenhotep.
Templo Funerario Dedicado a Amenhotep, Hijo de Hapu:
Ubicación: Desconocida.
Descripción: Como reconocimiento inusual y excepcional, Amenhotep fue honrado con la construcción de un templo funerario dedicado a él mismo. Aunque más pequeño en comparación con los templos funerarios de los faraones. El templo posiblemente albergaba relieves, estatuas y rituales que perpetuaban la memoria del ilustre arquitecto y ministro.
Templos de Luxor y Soleb:
Ubicación: Luxor y Soleb.
Descripción: Amenhotep desempeñó un papel destacado en la construcción de los templos de Luxor y Soleb. El Templo de Luxor, dedicado a la triada de Tebas, era una expresión de grandiosidad arquitectónica y religiosa. El templo de Soleb, situado en Nubia, también lleva la marca de la eficacia de Amenhotep en la construcción de templos fuera del corazón de Egipto.
Nuevos Pilonos en Karnak:
Ubicación: Karnak.
Descripción: Amenhotep contribuyó al esplendor del complejo de Karnak mediante la construcción de nuevos pilonos. Estas imponentes estructuras eran puertas monumentales que marcaban la entrada a los templos. La participación de Amenhotep en Karnak subraya su papel destacado como arquitecto real y su contribución al paisaje sagrado de Egipto.
Templos de Mut y Jonsu en Karnak:
Ubicación: Karnak.
Descripción: Además de los pilonos, Amenhotep dirigió la construcción de los templos dedicados a las deidades Mut y Jonsu en Karnak. Estos templos eran centros de culto y rituales religiosos, y la supervisión de Amenhotep aseguró que fueran estructuras significativas y respetadas en el complejo de Karnak.
Palacio de Malkata:
Ubicación: Malkata.
Descripción: Como gesto hacia su Gran Esposa Real, la reina Tiy, Amenhotep fue responsable del Palacio de Malkata, un regalo suntuoso de Amenhotep III. Este complejo palaciego no solo era una residencia real, sino también un testimonio de la prosperidad y el poder de la dinastía. La construcción y diseño del palacio mostraron la habilidad de Amenhotep en la creación de estructuras multifuncionales y ornamentadas.
Estas obras aseguraron su reconocimiento a lo largo de la historia. Su contribución a templos, palacios y estructuras sagradas revela la versatilidad y destreza de este destacado arquitecto y ministro del Antiguo Egipto.
BAKENKHON
Sumo Sacerdote durante la Dinastía XIX del Nuevo Reino, inició su carrera como mozo de cuadra en el templo de Amón en Karnak bajo el reinado de Seti I. Ascendió en el sacerdocio y sirvió durante la mayor parte del reinado de Ramsés II, convirtiéndose en uno de los Profetas de Amón. Destacó como maestro constructor, siendo responsable de la edificación del Templo de Karnak oriental para Ramsés. Eventualmente, asumió el prestigioso cargo de Sumo Sacerdote de Amón en Tebas, desempeñándolo durante veintisiete años.
Bakenkhons dejó un legado tangible al diseñar una hermosa inscripción tallada en un bloque y una estatua de sí mismo. La inscripción destacaba su amabilidad hacia sus subordinados y su dedicación a realizar proyectos en honor al rey a quien sirvió. Falleció alrededor de los noventa años, en el último año del reinado de Ramsés II, quien designó a su hijo, Roma llamado Roy, como su sucesor en el cargo de Sumo Sacerdote.
OBRAS
Templo de Karnak Oriental: Bakenkhons desempeñó un papel crucial como maestro constructor en la edificación del Templo de Karnak Oriental, dedicado al dios Amón. Esta obra arquitectónica refleja su destreza y dedicación al servicio del rey Ramsés II.
IMHOTEP
“Tesorero del rey del Bajo Egipto, Primero después del rey del Alto Egipto, Administrador del Gran Palacio, Señor hereditario, Sumo sacerdote de Heliópolis, Imhotep el constructor, escultor, hacedor de vasijas de piedra...”
Inscripción en la base de la estatua de Dyeser (Zoser) hallada en Saqqara.
Destaca como un erudito egipcio multifacético, siendo médico, matemático, ingeniero y astrónomo. Como sumo sacerdote de Heliópolis y chati del faraón Necherjet Dyeser (Zoser), diseñó la Pirámide escalonada de Saqqara durante la dinastía III. Su nombre perdura como el primero asociado a la figura de un científico en la historia. Entre sus títulos honoríficos se encuentran Tesorero del rey del Bajo Egipto y Sumo sacerdote de Heliópolis. Su inscripción junto al faraón en Saqqara es única para la época. Aunque no se menciona explícitamente como médico en sus títulos, se sugiere su rol como productor de recipientes utilizados en la construcción.
OBRAS
Pirámide escalonada de Djoser: Imhotep diseñó y supervisó la construcción de la Pirámide de Djoser en Saqqara, la cual es considerada la primera pirámide de Egipto y un hito arquitectónico significativo. Este monumento tiene una estructura escalonada única, formada por seis mastabas superpuestas, lo que representa un importante avance en la arquitectura funeraria de la época. Además de la Pirámide de Djoser, se le atribuyen otras contribuciones
Complejo funerario de Djoser: Junto con la pirámide, Imhotep diseñó un extenso complejo funerario que incluía un recinto ceremonial, patios, y estructuras auxiliares. Este complejo reflejaba la innovación arquitectónica y planificación urbana avanzada para la época.
Templo de Ptah en Menfis: A Imhotep también se le atribuye la construcción del Templo de Ptah en Menfis, que es otra de sus obras arquitectónicas destacadas.
INENI
Desempeñó un papel destacado en la construcción de edificaciones y monumentos para cinco faraones de la dinastía XVIII. Comenzó bajo Amenhotep I y continuó durante los reinados de Thutmose I, Thutmose II, Thutmose III y Amenhotep II. Aunque perdió el favor real durante el reinado de Hatshepsut, Ineni diseñó la "Gran Sala" en el templo de Karnak y proyectos en el Valle de los Reyes. Además, ocupó el cargo de "administrador de los graneros de Amón" y fue Alcalde de Tebas. Su tumba, TT81, en Sheij Abd el-Qurna, destaca por sus diseños de jardines y referencias amables a Hatshepsut, cuyo nombre se preservó en respeto a él.
OBRAS
Proyectó para Thutmose I en el templo de Karnak, entre ellos la "Gran Sala", un pasaje hipóstilo en madera de cedro, erigido para conmemorar la victoria de Thutmose I sobre los Hicsos.
Además, fue responsable del diseño de los pilonos cuarto y quinto, varios patios y numerosas estatuas en el mismo templo.
Proyectó la primera tumba real en el Valle de los Reyes la Thumose I (KV20)
KHA
Un respetado arquitecto en Deir el-Medina, dejó a su hijo la tarea de asegurarse de que tengan todo lo necesario para una cómoda eternidad. La tumba contiene un elaborado ajuar funerario, incluyendo ánforas de vino, alimentos variados, y mesas con verduras y pan. Tras la muerte de Kha, la tumba permaneció intacta durante milenios hasta su descubrimiento en 1906 por el arqueólogo Ernesto Schiapparelli. Sorprendentemente, el ajuar funerario se encontraba completo e inalterado, proporcionando una visión detallada de la vida y profesión de Kha, con elementos como guirnaldas de flores, utensilios de costura, muebles, instrumentos de trabajo, y un tablero de senet. De sus obras creadas poco se sabe.
SENENMUT
También conocido como Hermano de Mut, fue un destacado arquitecto y funcionario durante el reinado de Hatshepsut, la reina-faraón de la dinastía XVIII de Egipto (c. 1480 - 1458 a.C.). Originario de la ciudad de Hermontis, de familia modesta, sus padres, Ramose y Hatnefer, no tenían títulos especiales. A pesar de sus humildes orígenes, Senenmut ascendió a altos cargos, llegando a ser el chaty (canciller real).
Aunque se desconoce con precisión cuándo comenzó su ascenso en la jerarquía, algunos sugieren que pudo ser durante el reinado de Amenhotep I o más probablemente bajo Thutmose I. Inicialmente, participó en campañas militares en Nubia, destacando en el ejército. Su carrera militar le permitió acceder al cargo de "gobernador de la casa de la hija real", convirtiéndose en el preceptor de Hatshepsut, posición reservada a militares que habían combatido junto a Thutmose. Tras la muerte de Thutmose, Senenmut ya era un noble de unos treinta años.
Senenmut ha sido objeto de controversia, y sus registros fueron destruidos, pero se demostró su existencia a través de hallazgos arqueológicos, como vasijas descubiertas en excavaciones realizadas por Herbert Eustis Winlock entre 1925 y 1927. Aunque se asoció erróneamente con Moisés debido a una traducción hecha por la arqueóloga Christiane Desroches Noblecourt, su papel en la corte y su importancia persisten en la historia egipcia.
Senenmut fue nombrado "Administrador de los bienes de la Gran Esposa Real" y "Administrador de los bienes de la Hija Real Neferura". Se sugiere una posible relación amorosa entre Hatshepsut y Senenmut, aunque no está confirmada.
A lo largo del tiempo, Senenmut acumuló títulos y poder, convirtiéndose en "Tesorero Real", "Gobernador del Palacio" y líder del clero de Amón. Destaca por ser el arquitecto del templo de Deir el-Bahari dedicado a Hatshepsut. Aunque no se confirma un romance, Senenmut creció en influencia a la sombra de Hatshepsut, alcanzando su apogeo en su coronación. Sin embargo, su declive comenzó con la construcción del templo, y la muerte de los miembros del trío Hapuseneb-Hatshepsut-Senenmut puso fin a su gobierno de 16 años, marcando el comienzo de cambios en Egipto.
El apogeo del reinado de Hatshepsut ocurrió en los años 15º y 16º, pero después enfrentó un declive marcado por la pérdida de sus principales apoyos: su hija y heredera Neferura, así como Hapuseneb y Senenmut. La teoría de asesinatos estratégicos orquestados por Thutmose III, desplazado en el trono por Hatshepsut, cobra fuerza, especialmente con la muerte de Neferura en plena juventud.
La reina, privada de su familia y apoyos, posiblemente cayó en una profunda depresión, lo que permitió el crecimiento del poder de Thutmose III. La construcción de dos tumbas por parte de Senenmut en el Valle de los Nobles y en Deir el-Bahari sugiere especulaciones románticas sobre su deseo de estar cerca del templo dedicado a Hatshepsut.
Ambas tumbas de Senenmut están en mal estado de conservación, con los nombres borrados por la ira de Thutmose III. La momia de Senenmut se encuentra en paradero desconocido o podría haber sido destruida por el faraón vengativo. A pesar de esto, la lealtad y la influencia de Senenmut sobre Hatshepsut han perdurado en la historia egipcia. Nuevas excavaciones e investigaciones podrían revelar más sobre este hombre con una carrera meteórica, favorecido por su reina, posiblemente amante y quizás padre de la princesa Neferura, que finalmente fue un rey sin corona.
OBRAS
Templo de Deir el-Bahari: Una de las obras maestras de Senenmut, este templo en la ribera occidental de Luxor fue construido en terrazas escalonadas y dedicado a la reina Hatshepsut. Es conocido por su diseño innovador y su ubicación en medio de acantilados rocosos.
Templo de Karnak: Senenmut también desempeñó un papel importante en la construcción y renovación del Templo de Karnak, uno de los complejos de templos más grandes y significativos de Egipto. Su contribución incluyó la adición de monumentos y la realización de trabajos de restauración.
Tumbas en el Valle de los Nobles: Senenmut se hizo construir dos tumbas en el Valle de los Nobles, conocidas como TT71. Aunque ambas tumbas están en mal estado de conservación, reflejan la importancia y la posición elevada que ocupaba Senenmut en la sociedad egipcia de la época.
HEMIUNU ¿POSIBLE ARQUITECTO?
Hemiunu, es conocido por ser el posible arquitecto de la Gran Pirámide de Giza. Como visir y primo del faraón Keops, Hemiunu desempeñó un papel crucial en la planificación y supervisión de la construcción de esta imponente estructura. Aunque la historia nos proporciona solo destellos de la vida de Hemiunu, nos deja como más claro que su función era más de supervisión y organizativa que no estructural o de diseño.
Su historia nos aporta que fue chaty de Jufu (Keops) dejando claro que era el único cargo público que ostentaba. Según fuentes, no fue el quien creo su propio recinto funerario, la mastaba mortuoria más grande de la explanada de Guiza, la G4000, sino que la mando construir, hecho que lleva a sospechar que no tenía nociones arquitectónicas.
Hemiunu, el posible arquitecto de la Gran pirámide, sigue siendo un enigma.
Conclusión
Los arquitectos emergen como maestros visionarios que labraron las piedras de la eternidad. Aunque apenas conocemos unos pocos de entre ellos, sus legados reverberan a lo largo de milenios. A través de templos majestuosos y pirámides imponentes, estos artífices del pasado han dejado una huella indeleble en la historia de la arquitectura. Su habilidad para combinar la ciencia con la espiritualidad y la estética ha trascendido los límites del tiempo, y sus obras continúan siendo un testimonio elocuente de la grandeza y la maestría de aquellos cuyos nombres apenas susurra el viento del desierto. En la penumbra de la antigüedad, los arquitectos egipcios se erigen como constructores de sueños inmortales, y su legado persiste como faro que ilumina el camino de nuestra comprensión de una civilización que sigue desvelando sus secretos.
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