Durante los siglos XIII y XII a.C en el norte y el este del mediterráneo hubo una serie de cosechas fallidas que trajeron una hambruna que provoco una migración a gran escala. El faraon Mereptah de la XIX dinastía se vio con la obligación de enviar grano a sus aliados hititas, estado de la Antigüedad que se originó cerca del siglo XVII a. C. y sucumbió cerca del siglo XII a. C. Fue un poder dominante en Anatolia, donde se situó su núcleo político central y en otros territorios periféricos.
Al ser afectada la hambruna por casi todo el norte del mediterráneo se juntaron varias etnias del egeo y de Asia menor a los cuales se les denomino Los pueblos del mar.
PUEBLOS DEL MAR
Las cosechas del Norte y del este del mediterráneo llevaban tiempo siendo fallidas y casi inexistentes, eso motivo una severa hambruna generalizada que desencadeno en el desplazamiento de una masiva inmigración por todo el levante y Anatolia. La hambruna fue tan severa que desde Egipto se mandaba grano al pueblo Hitita, aliado de Egipto desde los tiempos de Ramsés II, en que egipcios e hititas estaban enemistados y que solucionaron tras la batalla de Qadesh.
Ente toda esa masa de inmigración, había una laxa confederación de grupos étnicos de procedencia del Egeo, Asia menor y de diversos lugares del mediterráneo que al no estar definidos, los egipcios les llamaron pueblos del mar. Pueblos que de forma individual no eran desconocidos para los egipcios, los denen, lukka y sherden ya hay constancia que aparecían durante el reinado de Merenptah, algunos como una de las muchas etnias inmigrantes que convivían con la sociedad egipcia y otros intentándolo de forma más violenta.
Avance hipotético de los supuestos movimientos de los pueblos del mar |
Lukka Se supone que se trata de una región en el sur de Asia Menor que los hititas no pudieron controlar por completo y cuyos pobladores fueron considerados enemigos, sin embargo, hay constancia que lucharon juntamente con los hititas en la batalla de Qadesh contra las tropas egipcias de Ramsés II.
Los shardana o sherden, cuyo nombre puede relacionarse con el de Cerdeña (Sardinia, Sardegna). En la cultura sarda de los nuraga megalíticos, las figurillas broncíneas que representan a guerreros se asemejan notablemente a los grabados de Medinet Habu y a otros restos chipriotas. También se ha propuesto para ellos un origen de Siria del norte.
Lukka Se supone que se trata de una región en el sur de Asia Menor que los hititas no pudieron controlar por completo y cuyos pobladores fueron considerados enemigos, sin embargo, hay constancia que lucharon juntamente con los hititas en la batalla de Qadesh contra las tropas egipcias de Ramsés I Los lukka, que aparecen en textos amarnienses. Vivían de sus potentes flotas, costeando Chipre y el sur de Anatolia y realizando acciones de piratería. Parece que los hititas los consideraron como un verdadero Estado litoral. Suele proponerse que este pueblo fuera procedente de Licia.
Los ekwesh o akawasha podría ser que se tratara de los aqueos micénicos, griegos establecidos en el occidente de Anatolia. Sin embargo, las principales dudas sobre su origen proceden del dato de que estaban circuncidados.
Los teresh o tursha, a los que se ha puesto en relación con el topónimo mencionado por los hititas de Taruisha y también con los tirrenos o etruscos.
Los shekelesh se han relacionado con Sicilia y los sículos. Este pueblo, posiblemente, habría llegado a la isla tras ser rechazado en Egipto por Ramsés III.
Peleset se han relacionado con los filisteos mencionados en fuentes bíblicas, aunque el consenso académico sobre dicha identificación no es total. Tras su enfrentamiento con los egipcios, se establecerían en la costa suroeste de Canaán, es decir, en la región de la actual Franja de Gaza (Palestina), extendiéndose al norte hasta casi la actual Tel Aviv (Israel). Entonces su cultura original (que es materia de debate) empezaría a asimilarse a la de cananeos y hebreos. Los documentos más antiguos que harían referencia a los filisteos son los documentos egipcios sobre los pueblos del mar, donde se menciona a los purasatiu (transcrito convencionalmente como peleset), junto a otras poblaciones hostiles a Egipto.
Los tjeker o thekel, quizá procedían de Anatolia, e incluso pudieran ser los propios troyanos. Fueron mencionados por los hititas. Una hipótesis propone que fueron la rama marinera de un grupo en el que los peleset serían de tierra adentro.
Denyen aparecen en fuentes del siglo XIV a. C. Con el nombre de Danuna del yacimiento de Tell el-Amarna. Se encontraban asentados en Cilicia y quizá también en Siria. Eran vasallos de los hititas. Se estima que la región que habitaban era la que los egipcios llamaban Kode. Algunos autores los relacionan con los griegos micénicos, por la similitud fonética con los dánaos o Aqueos que es uno de los nombres colectivos utilizados para el conjunto de los griegos en la Odisea y en la Ilíada de Homero.
Sherden No se ha descubierto ninguna mención a los Shirdana en leyendas o documentos hititas o griegos, lo que sugiere que no aparecieron en sus esferas de influencia. La principal teoría sostiene que estos pueblos surgieron del Mediterráneo occidental, señalando a las conexiones etimologícas entre Shirdana y Sardinia (Cerdeña), Shekelesh con Sicilia y Trs-w (Teresh o Tursci) con los Tirrenos o Etruscos, pero las evidencias arqueológicas encontradas no son satisfactorias y existen evidencias de que estos pueblos llegaron a los lugares en los que vivían en tiempos clásicos después del período de Ramsés II y no antes. Por lo general Margaret Guido concluye que las evidencias de que los Shirdana, Shekeles o Teresh venían del Mediterráneo occidental son dudosas. En la cultura sarda de los nuraga megalíticos, las figurillas broncíneas que representan a guerreros se asemejan notablemente a los grabados de Medinet Habu y a otros restos chipriotas. También se ha propuesto para ellos un origen de Siria del norte.
Los weshesh,se ha sugerido que sean los restos de los pueblos troyanos.
Estos pueblos, destruyeron Micenas, acabaron con el imperio Hitita y se enfrentaron contra el todo poderoso Egipto y terminaron navegando por todo el mediterráneo buscando los mejores lugares donde asentarse.
Los pueblos del mar dejaban un reguero de crisis alli donde pasaban y su presencia ha dejado una carga enigmática en la historia tanto por su origen como de su desaparición, lo que lleva a todo tipo de teorías, desde que pueden tener origen hiperbóreo desde el norte de Europa, desde Britania e incluso se especula que fueron los antiguos moradores de la fantástica Atlántida, que al desaparecer buscaban lugares donde asentarse. Pero la teoria mas generalizada es la relacionada con grupos indoeuropeos que se desplazaron para encontrar mejores condiciones tanto ecológicas como climáticas.
PAPIRO HARRIS.
el papiro Harris; un texto escrito en hierático durante el reinado de Ramsés IV en que una parte menciona que Setnakhte, restauró el orden y la estabilidad en Egipto después de un tiempo de conflictos internos, expulsando a los seguidores asiáticos que aprovechando la debilidad política del estado querían hacerse con el trono. El siguiente apartado del papiro continúa analizando las proezas de Ramsés III, como que reorganizó la burocracia estatal y el ejército, lucho contra los Pueblos del Mar, sus actividades económicas incluyeron la excavación de un gran pozo en Ayan, una expedición a Punt, así como también una a la península del Sinaí que regresó con piedras preciosas y el texto termina con el propagandismo y el convencimiento del mismo Ramsés III de haber mejorado mucho la suerte de todos los habitantes de Egipto, puntos que iremos analizando.
Papiro Harris I, museo Británico. |
El reinado de Ramsés III no fue fácil, ya que tuvo que lidiar constantemente con todo tipo de usurpadores del poder por la debilidad que mostraba Egipto.
Como muestra el papiro Harris, ya en su quinto año de reinado tuvo que enfrentarse y derrotar el avance de las ramas diversas de libios que intentaban penetrar en el delta occidental del rio Nilo, en un contexto en que la sociedad egipcia aceptaba como inevitable esta inmigración pacifica, y más aceptada aun al referirse a libios que siempre habían compartido espacio en Egipto. Pero esta pacificación de parte de la sociedad libia se trasformo en revueltas violentas contra el faraón que este no tardo en actuar y en frenar las revueltas y que se repitieron en el onceavo año de su reinado con las mismas intervenciones y resultados. En el año octavo, Ramsés III se enfrentó a un mayor desafío, frenar el fuerte avance de los que fueron llamados pueblos del mar.
Los pueblos del mar no solo aparecen en el papiro Harris, también en los relieves de los templos de Medinet Habu y Karnak y no solo haciendo referencia a la etapa de Ramsés III sino desde mediados de la dinastía XIX, dejando constancia de que ya en tiempos del faraon Merenptah, en su quinto año de reinado, perpetraron su primer ataque contra Egipto, en la zona del delta actuando en varios saqueos que prácticamente dejaron desolado el lugar, pero según la contraofensiva del ejercito egipcio fue tan dura que el mismo Merenptah se llena de gloria, exagerando el hecho, narrando que derrotó a los invasores en solo seis horas, matando a 6000 soldados y tomando 9000 prisioneros. Para asegurarse de la cantidad, dio orden de cortar los penes de los enemigos muertos no circuncidados y las manos de todos los circuncidados, que concretamente eran los ekwesh. Estas mismas fuentes dejan claro que no solo se limitaban a actos vandálicos y de saqueo, también buscaban zonas de asentamiento porque no aparecen representados como meros ejércitos guerreros, sino también como familias que llevaban consigo sus pertenencias.
Tras diez años de reinado Merenptah fallece y le sustituyo al trono un breve gobierno de tres años de Amenmeses, le sigue Seti II con seis años de reinado, Siptah también con un reinado de seis años, Tausert con un reinado de tan solo dos años de duración, Sethnajt también con escasos dos años de reinado y por último Ramsés III.
Durante esos años trascurridos entre Merenptah Y Ramses III no se conoce ningún intento de invasión por parte de los pueblos del mar hacia Egipto.
RAMSES III
Gobernó de 1184 a. C. hasta 1153 a. C. Hijo de Sethnajt y casado con la reina Isis, continuó durante los treinta años que duró su reinado la labor iniciada por su padre, años antes, con el objetivo de poner fin a los momentos de anarquía vividos a la muerte de Siptah. Se dedicó a reorganizar la administración, toda vez que la paz y el restablecimiento del culto ya se habían encaminado, y la corrupción estaba desintegrando el país. Esta reforma viene determinada por la división administrativa en clases: funcionarios palaciegos, funcionarios provinciales, militares y trabajadores.
Estatua de Ramsés III, museo de Turin |
La economía del país se recuperó rápidamente gracias a la masiva llegada de tributos procedentes de las provincias asiáticas y nubias, y el comercio exterior entró en una etapa de plena vitalidad, llegando a tierras egipcias (especialmente desde el país de Punt) productos elegantes y caros que eran muy demandados por la alta sociedad. Este desarrollo económico motivó la recuperación de la fiebre constructora, levantándose nuevos templos y enriqueciéndose los ya existentes.
En su época desapareció el Imperio hitita y otras entidades políticas menos importantes. Todo el Cercano Oriente se vio afectado, pero sin la resuelta intervención de Ramsés III, Egipto habría perdido su soberanía, como durante la época de los hicsos. Ramsés III se marcó como objetivo alcanzar la preponderancia que Egipto había tenido anteriormente en la política exterior. La complicada situación que se vivía en Asia exigía una contundente respuesta por parte egipcia: los pueblos del mar habían acabado con el reino hitita, ocupando también Chipre y el país de Naharina. La provincia egipcia de Canaán recibía continuas incursiones de estos invasores que podían extenderse al mismo Egipto.
Pero el confrontamiento final de los pueblos del mar no tuvo lugar hasta el octavo año del reinado de Ramsés III en el momento en que ya habían capturado Ugarit, Alalakh y mermado al imperio Hitita. Atacaron Egipto por tierra y por mar y representada la batalla naval, conocida como la batalla del Delta, ocurrida en el templo mortuorio Medinet Habu de Ramsés III. Los egipcios eran conscientes del peligro de estos y como prevención desplegaron una fuerza defensiva en Djahy (al sur de palestina) y en las desembocaduras del rio en el delta. Un texto deja claro su orgullo de haber evitado la conquista de estos:
“Los países extranjeros conspiraron en sus islas, y todos los pueblos fueron removidos y dispersos en la refriega. Ningún país podía sostenerse frente a sus armas: Hatti, Qode, Carchemish, Arzawa y Alashiya, todos fueron destruidos al mismo tiempo. Un campamento fue levantado en Amurru. Asolaron a su pueblo, y su país llegó a ser como si nunca hubiese existido. Se acercaban a Egipto, mientras la llama era preparada delante de ellos. Su confederación era la de los Peleset, Tjeker, Shekelesh, Denyen y Weshesh, países unidos. Pusieron sus manos sobre los países hasta el círculo de la tierra, con los corazones llenos de confianza y seguridad: ¡Nuestros propósitos triunfarán!(…)”
Cuando se produjo el asalto las tropas de Ramsés estaban bien posicionadas y pudieron derrotar a los invasores. Esta batalla liberó a Egipto de la invasión bélica de los pueblos del mar, pero el país no se liberó de una infiltración silenciosa de origen libio con afán de conseguir el poder de Egipto.
Batalla del Delta entre Ramsés III y los pueblos del mar en el siglo XII a. C. Templo de Medinet Habu, Tebas |
Los pueblos del mar jamás pudieron conquistar Egipto y ni su presencia en Siria y Palestina tampoco trastoco lo más mínimo al país faraónico, pero sí que cambiaron el mundo del mediterráneo, no solo el occidental, sino que dejaron dejando huella prácticamente en todas las costas, sobre todo en las islas, que bañan este mar al desperdigarse en las numerosas tribus que los formaban.
Tras este acontecimiento no se conocen más incursiones de los pueblos del mar en la región, es como si estos desaparecieran de la historia de Egipto, pero seguían navegando por el mediterráneo y abriéndose a nuevas tierras. El este y el levante del mediterráneo ya era demasiado hostiles y las zonas que se habían asentado ya no daban más de si, las malas cosechas y la hambruna duraba demasiado y por tanto, ya era hora de seguir la ruta hacia el oeste y conocer nuevos lugares menos conflictivos y más prósperos.
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