La idea de que la gran pirámide de Keops tiene ocho caras en lugar de cuatro es un fenómeno poco conocido pero real, que ha generado debates sobre si fue un diseño intencional o un efecto secundario de la construcción y la erosión.
A simple vista, la pirámide parece tener cuatro caras, pero en ciertos momentos del año, especialmente durante los equinoccios, se puede notar una ligera depresión en el centro de cada una de sus caras principales. Esto da la impresión de que la pirámide está dividida en ocho secciones, con un doble pliegue en cada cara.
Este fenómeno fue descubierto en 1940 por P. Groves, un piloto británico que volaba sobre la pirámide y tomó una fotografía que mostraba claramente este efecto. Es prácticamente imperceptible desde el suelo y solo visible desde el aire en condiciones de luz específicas. Pero si es así ¿Por qué la gran pirámide tiene ocho lados?
Algunos estudiosos creen que la concavidad de las caras fue planeada por los constructores egipcios para diversos fines:
Mayor estabilidad estructural:
La leve curvatura podría haber ayudado a distribuir mejor el peso de la pirámide y evitar que las caras colapsaran con el tiempo.
Precisión geométrica avanzada:
La alineación exacta con los puntos cardinales y la ligera curvatura podrían ser prueba de un diseño arquitectónico sofisticado.
Propósito astronómico o simbólico:
Algunas teorías sugieren que el diseño pudo estar relacionado con la luz solar en los equinoccios, creando un efecto especial que indicaba la división del año.
Efecto de la erosión y la pérdida del revestimiento
Originalmente, la Gran Pirámide estaba cubierta por bloques de piedra caliza pulida, que le daban una apariencia lisa y brillante.
Con el tiempo, la mayor parte de este revestimiento se perdió debido a terremotos y saqueos, dejando expuestos los bloques internos, que tienen una ligera inclinación hacia adentro.
Algunos egiptólogos creen que las depresiones visibles hoy pueden ser simplemente el resultado de la erosión y de cómo fueron tallados los bloques originales.
Un simple efecto óptico
El fenómeno es visible únicamente en momentos específicos del año, particularmente durante los equinoccios. En estas fechas, la forma en que la luz del sol incide sobre la estructura genera una división visual en las caras de la pirámide, haciendo que parezca que está compuesta de ocho lados en lugar de cuatro.
El fenómeno ocurre debido a varios factores clave:
Ángulo de incidencia de la luz solar
Durante los equinoccios (alrededor del 20-21 de marzo y el 22-23 de septiembre), el sol está directamente alineado con el ecuador terrestre, lo que provoca una iluminación más equilibrada en ambos hemisferios.
En este momento, los rayos solares inciden sobre la Gran Pirámide de manera casi perpendicular, generando un contraste más marcado entre las partes iluminadas y las sombreadas.
Esto resalta cualquier irregularidad en la superficie de la pirámide, incluyendo las depresiones cóncavas en el centro de cada cara.
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Fotografia tomada por la R.A.F en 1926 |
¿Qué implicaciones tiene este hallazgo?
Si la división en ocho caras fue un diseño intencional, significaría que los egipcios tenían un conocimiento aún más avanzado de la geometría y la ingeniería de lo que se pensaba. Además, podría reforzar la idea de que la pirámide tenía un propósito astronómico más allá de ser una tumba.
Por otro lado, si es solo un efecto de la erosión o la construcción, sigue siendo un dato curioso que añade otro misterio a la gran pirámide, pero un reciente estudio desvela su enigma.
Estudio reciente
Recientemente, un estudio publicado en la revista Archaeological Discovery por el matemático Akio Kato de la Universidad de Kanagawa, Japón, ha aportado nuevas perspectivas sobre la estructura de la Gran Pirámide de Guiza. Kato sostiene que cada una de las cuatro caras de la pirámide presenta una ligera concavidad a lo largo de su línea central, desde la base hasta la cúspide, lo que implica que la pirámide es en realidad, una estructura octogonal cóncava en lugar de una pirámide cuadrada estándar.
Este hallazgo se basa en observaciones previas que datan de 1927, cuando se tomaron fotografías aéreas que sugerían la presencia de estas concavidades. Sin embargo, el estudio de Kato profundiza en la geometría y las posibles implicaciones de este diseño, sugiriendo que la forma cóncava de las caras podría haber contribuido a una mayor resistencia estructural, permitiendo que la pirámide soportara mejor las adversidades del entorno a lo largo de los siglos.
Este descubrimiento invita a reconsiderar las técnicas de construcción y el conocimiento arquitectónico de los antiguos egipcios, sugiriendo un nivel de sofisticación y precisión aún mayor del que se pensaba anteriormente.
Para ver el informe completo 👉https://www.scirp.org/journal/paperinformation?paperid=123430
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